En su búsqueda de renglones presupuestarios dables de ser reducidos, el municipio de Munich consideró recientemente el gasto de software. Luego de un proceso de evaluación, las autoridades concluyeron en la conveniencia de cambiar el sistema operativo Windows por Linux en los servicios municipales.
Por tratarse de un municipio de gran envergadura en Alemania, la decisión de Munich podría, eventualmente, haber influido en similares procesos en otros municipios de ese país.
Sin embargo, el gigante informático Microsoft reaccionó con celeridad y neutralizó el problema, antes que este se propagara por el país germano. Según medios alemanes, el propio Steve Ballmer, presidente de Microsoft, suspendió sus vacaciones en Suiza para viajar a Munich y convencer al municipio de revertir su decisión.
El experimentado hombre de negocios llevaba en su maletín una oferta que el municipio de Munich no podía rechazar: un descuento de 15% por todas las licencias de Windows. Aparte de ello, Ballmer quizás no tuvo necesidad de recordar que en Munich está la sede de la subsidiaria alemana de Microsoft, que da empleo a numerosos habitantes de la ciudad.
El efecto de la visita de Ballmer a Munich fue evidente. Ahora, las autoridades municipales presentaron un nuevo programa, que básicamente implica congelar la migración hacia Linux.
La decisión final será adoptada por el municipio de Munich el próximo 28 de mayo. La administración pública de la ciudad dispone de aproximadamente 16.000 PCs.