La negativa coyuntura, que ya comienza a asemejarse más bien a un crisis recesiva, ha quedado reflejada en los balances trimestrales presentados por las grandes compañías niponas dedicadas a la electrónica y las tecnologías de la información.
De hecho, Sony ha anunciado despidos, medida que no ha sido característica de la cultura corporativa japonesa del último tiempo. Por su parte, Toshiba, seriamente afectada por los bajos precios internacionales de los chips de memoria y las pantallas de LCD, anunció que reducirá a 8 sus 15 plantas de producción. Además, Toshiba ha visto reducidos considerablemente sus márgenes de ganancia con las ventas de computadoras portátiles.