La implantación de un sistema de recuperación de claves de desencriptación ha sido una idea atesorada por las policías de diversos países, principalmente EEUU. Básicamente, la intención es obligar a las compañías productoras de software a entregar a las autoridades las claves de desencriptación necesarias.
El informe, denominado Encryption and Law Enforcement contiene incluso un prefacio del Primer Ministro británico Tony Blair, quien destaca que la encriptación segura es una de las condiciones que deben existir para que los usuarios tengan confianza general en los sistemas informáticos y, en particular, en el comercio electrónico.
A pesar de lo anterior, Blair destaca que ya hay claros indicios de que elementos criminales, tales como pedófilos y terroristas, se valen de la encriptación para ocultar sus actividades. En tal sentido, el Premier inglés puntualiza que es poco sabido por la opinión publica que una de cada dos escuchas legales resultan en la aprehensión y castigo de personas responsables de graves delitos.
Luego de mencionar algunos casos en que las tecnologías de encriptación han sido usadas para almacenar y distribuir pornografía infantil y para facilitar la comunicación entre terroristas, el informe señala que tales problemas sólo irán en aumento con el paso del tiempo.
Posteriormente, los autores del informe llegan a la conclusión de que dado el acelerado ritmo de desarrollo de los sistemas de encriptación , los esfuerzos de las autoridades por controlar tales sistemas parecen vanos.
Más aún, se señala que las tecnologías de encriptación que actualmente están al alcance de todos implican que para desencriptar un archivo es necesario probar varios miles de millones de combinaciones. Es decir que las necesidades de tiempo y de recursos informáticos convierten a determinados códigos como imbatibles dentro de plazos razonables.