Con su grosor de sólo 3 milímetros, el producto podría marcar el comienzo de la era del papel electrónico, con las innumerables posibilidades que ello implica.
Las dimensiones de la pantalla son de 122 por 183 centímetros y su contenido puede ser modificado vía mando remoto mediante una computadora. En un comunicado, E Ink destaca que el producto tiene un consumo mínimo de electricidad y puede ser adaptado a numerosas necesidades, especialmente en el ámbito publicitario.
La compañía pone de relieve el hecho de que mientras otras compañías han dedicado más de dos décadas a desarrollar una tecnología de este tipo, E Ink sólo necesitó doce meses para convertir los resultados del laboratorio en un producto comercial al alcance de todos.
E Ink concluye señalando que este es sólo el primer paso en el camino hacia los periódicos digitales, los libros electrónicos y los monitores ultrafinos.
En enero de 1998, escribíamos sobre un seminario en que Nicholas Negroponte daba cuenta de un proyecto que se realizaba en e Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), que consistía en la elaboración de microesferas de tinta que son insertadas en papel normal. Según Negroponte, tal técnica haría posible escribir sin usar un medio de impresión, ya que al insertar microesferas con un lado blanco y otro negro en el papel, en lugar de tinta, tendremos una hoja que puede ser escrita y luego borrada. Tal tecnología ya existe actualmente. El próximo paso es crear una tecnología que haga posible la rotación de la microesfera.
Al parecer, E Ink ganó el quien vive al MIT.