La videoconferencia se alza portavoz ante la austeridad

En este momento, todo aquello que lleve la palabra “ahorro” suscita un gran interés.

De forma diaria, los medios de comunicación se hacen eco de las medidas de ahorro y contención de gastos que por parte del Gobierno y las Administraciones Públicas se están llevando a cabo. La puesta en marcha de este tipo de medidas no es un caso aislado de los Gobiernos si no que muchas empresas, de diferentes sectores, se han puesto manos a la obra para reducir de forma drástica los gastos.

¿Las fórmulas? Como siempre sucede en estos casos, no hay una receta mágica con la cual se consiga el objetivo de reducir los costes mejorando la productividad y manteniendo la eficiencia en los recursos.

Sin embargo, la introducción de soluciones tecnológicas en el ámbito laboral ha ido facilitando y agilizando las tareas, además de aumentar la productividad y reducir los costes. A pesar de esto, aún estamos lejos de sacar todo el rendimiento a estos sistemas, aún cuando la situación económica nos obligue a hacerlo.

En este sentido, el caso más reciente que hemos conocido ha sido la dimisión de Carlos Dívar, Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo de España, como consecuencia de la polémica suscitada por sus viajes. A raíz de esta noticia el propio Tribunal ha tomado cartas en el asunto para la reducción de los gastos de sus miembros como por ejemplo; disminuir el número de viajes, las pernoctaciones en los hoteles o el número de cursos en el extranjero. De esta forma, se ha apostado por los sistemas de videoconferencia como un recurso excelente que combina una serie de requisitos que la hacen una herramienta completa y eficaz para hacer frente a la actual situación económica que vive nuestro país ya que evita los desplazamientos innecesarios, ahorra tiempos improductivos, acelera los procesos de decisión, mejora la comunicación y reduce las emisiones de Co2, como las que producen los desplazamientos por carretera o avión.

Un caso parecido también está ocurriendo a nivel político, más concretamente a nivel internacional, donde cada vez con más frecuencia escuchamos en los medios las reuniones que, si con anterioridad se hacían de una forma presencial entre los diferentes países de la Unión Europea, ahora se realizan a través de videoconferencia. Tan solo tenemos que recodar hace un par de semanas las diversas reuniones del Eurogrupo en el que se ha concedido el crédito a España y que se ha hecho a través de éste método; o bien las diferentes reuniones bilaterales que han existido durante estos meses atrás entre Francia y Alemania aunque también con el resto de países miembros.

Por tanto, en estos tiempos difíciles y de incertidumbre económica, la videoconferencia ya es vista como una herramienta eficaz y sólida que ha sabido demostrar su valía en el terreno empresarial y laboral y que a día de hoy nadie discute su efectividad como fuente de ahorro.

Por Eduard Arnau, Director Comercial de Techno Trends


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