Diversa documentación prueba la existencia del sistema estadounidense de satélites para espionaje, llamado Echelon, que está en condiciones de interceptar llamadas telefónicas, faxes, y mensajes de correo electrónico, en todo el mundo. Aunque con el fin de la Guerra Fría el objetivo fundamental ha sido vigilar las actividades terroristas y conspiraciones internacionales, Washington ha sido acusado de usarlo para espionaje económico contra sus aliados, incluso en asociación con Gran Bretaña. Naturalmente, ambos países han negado cualquier responsabilidad en tales actividades.
A principios de este año, en un informe presentado por la asamblea se dio a conocer que el sistema fue usado por compañías estadounidenses para lograr una ventaja competitiva sobre sus competidores europeos. Según otras informaciones, las actividades de espionaje de Echelon han motivado que varios de los mayores contratos se hayan dado a compañías estadounidenses y no europeas.
El comité tiene un año para establecer si el sistema Echelon realmente existe y si la industria Europea ha sido dañada por la interceptación global de comunicaciones. El comité también considerará si la privacidad de las personas puede ser protegida del espionaje y como esto puede ser realizado. Las conclusiones del grupo se esperan en aproximadamente ocho meses.