Sun Microsystems afirma que el monopolio de Microsoft es cercano al 95% del mercado de los sistemas operativos para computadoras personales. Tal situación obligaría a la compañía, a entender de Sun, a revelar información esencial de su sistema operativo Windows para permitir la operación con servidores que no tienen software de Microsoft.
En octubre de 1998, Microsoft rechazó una petición de Sun en tal sentido. Con el lanzamiento de Windows 2000, Sun alega que se trató del paso final en la estrategia de Microsoft para sacar del mercado a sus competidores.
Según los planteamientos de Sun acogidos por la Unión Europea, Microsoft aplicó una política de licencia discriminatoria, distinguiendo entre sus competidores de acuerdo a un esquema tipo amigo-enemigo.
Comentando el tema, el comisionado de asuntos de competencia en la UE, Mario Monti, declaró que todas las compañías que deseen hacer negocios en la Unión Europea deben actuar bajo las reglas antimonopolio, y estoy dispuesto a imponerlas rigurosamente. Monti dio a Microsoft un plazo de dos meses para pronunciarse sobre el tema.