Tras una intensa negociación de 36 horas, funcionarios de la UE han alcanzado un histórico acuerdo provisional para establecer un marco global de regulación de la inteligencia artificial (IA), que abarca todas las facetas, desde el reconocimiento facial hasta modelos avanzados como ChatGPT de OpenAI. Esta innovadora iniciativa formará parte de la Ley de IA de la UE, que se someterá a votación parlamentaria el próximo año.
La propuesta de Ley de IA se dirige específicamente a los creadores de sistemas de IA a gran escala y de propósito general, actualmente encarnados por el GPT-4 de OpenAI. Estos creadores deberán cumplir estrictas normas de transparencia. Sin embargo, quienes ofrezcan sus tecnologías de IA como código abierto y gratuitas estarán exentos de algunos requisitos. La UE tiene previsto mantener una evaluación continua de los modelos de IA, con la posibilidad de ampliar el ámbito normativo en función de factores como el tamaño del conjunto de datos y la base de usuarios.
Con el nuevo marco, los sistemas de IA a gran escala deberán cumplir un código de conducta. Las empresas que no se acojan al código deberán demostrar su adhesión a los exhaustivos mandatos de la Ley de IA, entre los que se incluyen el suministro de datos sobre el uso de la energía, evaluaciones de riesgos, informes sobre incidentes y pruebas periódicas.
La legislación se votará a principios del año que viene y se espera que entre en vigor en 2025. A pesar de la preocupación de Francia y Alemania por las posibles desventajas para las empresas europeas de IA, expertos del sector consideran que la normativa es una victoria para las startups europeas y subrayan la necesidad de medidas equilibradas que protejan la innovación al tiempo que garantizan que las startups puedan prosperar junto a los gigantes tecnológicos mundiales.
