La dinámica de los mercados obliga a las empresas a ser más flexibles y proclives a los cambios. Qué mejor ejemplo de lo anterior que el 2020, la crisis por coronavirus ha obligado a que la infraestructura tecnológica apunte a ser más segura y escalable.
En su reporte “Perspectivas económicas de América Latina 2020” la Cepal documenta el dramático impacto de la pandemia en los más vulnerables y marginados. Las microempresas se han visto especialmente afectadas: es probable que 2.7 millones de ellas cierren, lo que implica la pérdida de 8.5 millones de puestos de trabajo, en menos de un año.
Las previsiones apuntan a que más de 45 millones de personas adicionales caerán en la pobreza en los próximos años, agudizando aún más los problemas en la región.
La crisis socioeconómica, que hoy enfrentamos, hace que un nuevo modelo de desarrollo sea más urgente que nunca. La Cepal, destaca a la digitalización como una herramienta poderosa para superar los desafíos estructurales y consecuencias del Covid-19, en América Latina.
A medida que más empresas adoptan los lineamientos de una economía digital, se ha generado una fuerte demanda por parte de Directores de Tecnología (CTO’s) por estar en la nube. Ante este panorama, la nube híbrida aparece como una oportunidad de acelerar el proceso de innovación para satisfacer las nuevas necesidades de sus negocios.
Cuando hablamos de nube híbrida nos referimos a un entorno mixto de computación, es decir, almacenamiento y servicios compuestos por una infraestructura local, servicios de nube privada y una nube pública.
Las ventajas de la nube híbrida son variadas para las empresas e imprescindibles para respaldar una transformación empresarial digital en rápido movimiento.
El principal beneficio de una nube híbrida es la agilidad y la diversidad de entornos de gestión de información que ofrece. La necesidad de adaptarse y cambiar de dirección rápidamente es un principio fundamental de un negocio digital. Es posible que su empresa desee (o necesite) combinar nubes públicas, nubes privadas y recursos locales para obtener el nivel de servicio y la dinámica que necesita para tener una ventaja competitiva por sobre sus competidores, empujados por una transformación digital que hoy no espera por nadie.
A medida que más empresas adoptan los lineamientos de una economía digital, la demanda por estar en la nube se hace más fuerte. Pero son muchos quienes tienen temor de colocar su información en dicha plataforma.
La nube híbrida se presenta como la solución ideal. Las empresas, por ejemplo, podrían tener en su portal web, información sobre sus horarios de atención y ubicación de oficinas; todo ese tipo de datos podría entrar en la nube pública; pero cualquier otra información asociada a datos sensibles del cliente, como información para realización de transacciones o acceso a un registro médico, requeriría de un entorno seguro.
De ahí que la organización puede segmentar este acceso a datos, asignando diferentes direcciones, según la seguridad de asociados, y es esto justamente lo maravilloso de los entornos híbridos.
La composición mixta de la nube sobresale del resto de las soluciones a la hora de hablar de desempeño y seguridad en dichas plataformas.
Ante este panorama, los entornos de una nube híbrida permiten acelerar el proceso de innovación para satisfacer las nuevas necesidades del negocio.
De la noche a la mañana, casi la totalidad de las empresas han tenido que cambiar sus procesos de negocio por la pandemia. Para ello, han tenido que incorporar nuevas soluciones, formar a los empleados en tiempo récord, adaptarse a la nueva realidad y descubrir un mundo nuevo de herramientas que les ha permitido seguir adelante. La nube híbrida viene a dar impulso a esas nuevas demandas y prepararnos para un futuro cada vez más digital.
Por Marcela Cueli, directora de productos Data Center de Lumen LATAM