La Comisión europea, presidida por la comisaria de políticas de competencia Margrethe Vestager, anunció el 15 de abril que la Comisión ha enviado a Google un requerimiento formal respecto del servicio de comparación de precios Google Shopping. En el documento se indica que la empresa habría abusado de su posición dominante en el mercado de búsquedas online en la zona del Espacio Económico Europeo, favoreciendo sistemáticamente su propio servicio de comparación de precios en los resultados de búsquedas generales.
Actividad perjudicial
La conclusión preliminar de la Comisión Europea es que esta actividad de Google vulnera las reglas antimonopolios, al socavar la libre competencia, perjudicando en último término a los consumidores. El documento indica que las reglas antimonopolios de la Unión Europea tienen como finalidad asegurar que ninguna empresa e impida artificialmente a los consumidores europeos tomar decisiones informadas o impedir la innovación.
“Respecto a Google, me preocupa que la empresa haya otorgado a su propio servicio de comparación de precios una ventaja injustificada, que vulnera la normativa antimonopolio de la Unión Europea. Google tiene ahora una posibilidad de convencer a la Comisión de lo contrario. Si la investigación confirma nuestras inquietudes, tendrá efectos jurídicos para Google, junto con exigírsele cambiar la forma en que opera en Europa”, agrega Vestager en el comunicado.
La conclusión preliminar de la Comisión Europea es que Google da un espacio más prominente que lo que sería “justo” a su propio servicio de comparación de precios en los resultados generales de búsqueda. Éste procedimiento habría ocurrido desde el 2008. Se agrega además que el propio servicio de Google no está afecto al sistema de sanciones que aplica la empresa con base en parámetros definidos que en algunos casos hacen que otros servicios reciban una clasificación inferior.
Según la Comisión Europea, este no fue el caso con Froggle, el primer sistema de comparación de precios de Google, que nunca llegó a ser un éxito. Las versiones más recientes del servicio, Google Product Search y Google Shopping, han obtenido, por el contrario, grandes niveles de crecimiento, que según la Comisión Europea habrían perjudicado a servicios de la competencia.
Efecto negativo
La Comisión considera que las prácticas de Google han tenido un efecto negativo en los consumidores y la innovación. Esto significa que los usuarios no necesariamente encuentran los resultados más relevantes para comparaciones de precios, como respuesta a sus búsquedas, a la vez que el incentivo de los competidores de innovar se ha visto reducidos debido a que saben que no importa cuán buenos sean sus productos, éstos no podrán beneficiarse de la misma relevancia que los productos de Google, según se indica en un resumen de las conclusiones preliminares.
El requerimiento principal de la Comisión Europea en su documento formal, es que Google de el mismo trato a sus propios servicios de comparación de precios, y aquellos de la competencia. Según la Comisión, esta medida no afectaría los algoritmos utilizados por Google para la elaboración de los resultados de las búsquedas, ya que sólo el servicio más relevante será presentado en la lista de resultados.
Google tiene 10 semanas para presentar sus objeciones, para después proceder a una audiencia formal.
Anteriormente, la Comisión Europea ha identificado cuatro distintas áreas del negocio de búsquedas de Google que considerada preocupante. La primera área es la que ahora está siendo abordada; es decir, los enlaces hacia servicios verticales propios. Sin embargo, esto no significa que las demás áreas hayan sido olvidadas. Estas áreas se refieren a la copia del contenido de los competidores (“scraping”), supuestas exigencias de exclusividad a los anunciantes, como asimismo cláusulas que son percibidas como restricciones inadecuadas para los anunciantes.
La Comisión Europea anuncia que investigará activamente las cuatro áreas cuestionadas. Se subraya que las objeciones presentadas hoy en ningún caso suponen un juicio anticipado respecto de los resultados que tendrá la investigación en alguna de las áreas del caso. En una conferencia de prensa, Vestager declaró que su intención es conseguir una solución de largo plazo, y con orientación de futuro a esta situación, procurando, entre otras cosas, que la solución se base principalmente en principios, que en como luzcan los resultados presentados en la pantalla. “Para cada empresa es decisivo ser encontrada. Si no te encuentran, no puedes dedicarte a los negocios”, declaró la comisaria.
Al ser consultada si acaso había presiones políticas en esta causa, Vestager respondió con ambivalencias. Sin embargo, puso de relieve que en este caso hay muchos interesados, lo que hace especialmente importante concentrarse únicamente en los hechos probados.
Android
La comisaría Vestager anunció además una investigación formal del ecosistema Android de Google. “He iniciado además una investigación formal antimonopolios de los procedimientos de Google, en su ámbito del sistema operativo, aplicaciones y servicios. Los teléfonos inteligentes, tabletas y unidades similares tienen un papel cada vez mayor en la vida cotidiana de muchas personas, por lo que quiero asegurarme de que los mercados en este área florecerán sin que alguna empresa limite la competitividad”, escribe Vestager en su comunicado.
Básicamente se trata de tres afirmaciones que deben ser investigadas. Una de ellas es que Google supuestamente impide a los productos y servicios competidores acceso al mercado exigiendo que los fabricantes de dispositivos preinstalen exclusivamente las aplicaciones y servicios de Google, en perjuicio de las propias.
La segunda afirmación se refiere a la forma en que Google supuestamente niega a los fabricantes de dispositivos instalar aplicaciones y servicios de Google en unidades basadas en versiones competidoras de Android (“Android forks” o bifurcaciones). Algo que según el planteamiento de la Comisión sería un obstáculo ilícito al desarrollo y acceso al mercado de sistemas operativos móviles, aplicaciones y servicios de terceros.
La tercera acusación que será investigada en esta oportunidad se refiere a si Google ha impedido el desarrollo y acceso al mercado de aplicaciones para rivales y servicios, al vincular, algunas aplicaciones y servicios de Google con otros de sus propias aplicaciones, servicios o interfaces de programación.
Dos de estas afirmaciones pueden ser objetadas, al menos parcialmente. Esta semana, Google se refirió a Samsung Galaxy S6 para ilustrar la forma en que aplicaciones de sus competidores son distribuidas preinstaladas, coexistiendo con las propias aplicaciones de Google. Asimismo, hay productos basados en versiones competidoras de Android, que han superado las pruebas de compatibilidad elaboradas por Google, y que por lo tanto pueden acceder, previa autorización de Google, a Google Play. Para esto, es necesario que el proveedor también haya obtenido previamente una licencia de Google para Google Mobile Services.
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Imagen: Artjazz © Shutterstock.com | Fotografía de Margrethe Vestager © Unión Europea