La ciberguerra, ¿una realidad?

Hace apenas unas semanas se dio a conocer un nuevo virus que parece haber sido creado con objeto de una ciberguerra: Flame, el cual tiene entre sus principales funciones “recopilar información para luego concebir virus que ataquen a las redes específicas”. Según cálculos de expertos, este virus puede llegar a ser veinte veces mayor que los virus más potentes conocidos hasta el momento.

Estas nuevas modalidades de ataques cibernéticos han llevado a que empresas e instituciones de todo el mundo gasten cerca de 338 mil millones de dólares combatiendo esta clase de delitos, en tanto el cibercrimen ha obtenido ganancias estimadas en 12 mil 500 millones de dólares por realizarlos, según cifras publicadas por el Programa de Ciberseguridad y Cibercrimen de la ONU.

Flame es parte de un sinnúmero de virus que se han creado para afectar profundamente las estructuras informáticas de grandes empresas, instituciones y departamentos gubernamentales de todos los países del mundo, y recalco esta última parte, pues en muchos países de Latinoamérica se tiene la falsa percepción de que ataques como estos sólo se presentan en países como Estados Unidos.

Este tipo de ataques cibernéticos puede convertirse en detonador de una ciberguerra, la cual se ha convertido en una de las tres mayores amenazas para la humanidad, según el panel de especialistas de seguridad reunido durante el Foro Económico Mundial 2009, realizado en Suiza.

Países como Estados Unidos están contratando hackers que se dediquen a atacar y a defender sus infraestructura crítica. Lo mismo está pasando en Asia, en Europa y Medio Oriente. A mí me preocupa que en América Latina apenas estamos llegando a decir ‘creo que necesitamos legislar’, pues tenemos países que no tienen nada (en cuanto a leyes y normativas) con respecto a delitos informáticos.

De acuerdo con el periódico The Washington Post, el malware Flame, al igual que Stuxnet, fue desarrollado de manera conjunta por expertos de Estados Unidos e Israel presuntamente para recolectar datos de los sistemas de Irán. Se estima que el costo de su creación estuvo alrededor de los 100 millones de dólares, y que afectó a más de 350 computadoras en Irán, Siria, Palestina, Israel, Sudán y Egipto, según datos de Kaspersky Labs.

Por Andrés Velázquez, Presidente y Fundador de MaTTica.


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