En un foro público, Jackson señaló que él preferiría que Microsoft y el gobierno llegaran a un acuerdo extrajudicial en lugar de dar continuidad a un proceso judicial prolongado y costoso.
El recurso estructural nunca fue mi alternativa preferida, señaló Jackson agregando que este fue un último recurso, y a mi juicio, la intransigencia de Microsoft fue la razón. Empresas tan formidables como Microsoft han sido incapacitadas por ordenes de cortes estadounidenses, agregó.
Jackson aeguró haber buscado que el caso Microsoft tomara el mismo curso que los casos contra IBM y la separación de AT&T. Ambos se demoraron en las cortes por más de una década.
Nunca aspiré a ser el regulador federal de la industria del software o permitir al gobierno serlo, declaró Jackson.
Por otra parte, de acuerdo a un estudio realizado por el profesor Stan Liebowitz, el costo de la separación de Microsoft podría costar a los consumidores a nivel mundial hasta 310 mil millones de dólares.
Otro estudio, realizado por Kevin Reichard, estima que la ruptura de la compañía puede costar entre $50-125 mil millones a los consumidores estadounidenses en un periodo de tres años de incremento los precios en el software de Microsoft.