nadie extraña la indignación de Jobs, toda vez que el sector educativo estadounidense es, de muchas formas, el último bastión de Apple, que ha perdido grandes espacios de los mercados corporativo y privado a nivel internacional. Por ello, a Apple le preocupa sobremanera que Microsoft aspire ahora a convertirse en el benefactor de las escuelas, con la donación de máquinas y programas.
Alrededor de la mitad de las computadoras usadas por el sector educativo son máquinas de Apple. Somos el mayor proveedor total para tal sector. Nos desalienta el hecho de que un acuerdo extrajudicial impuesto a Microsoft como castigo por violar la ley les proporcione una ventaja en el sector educativo, que es uno de los pocos mercados que aún no monopoliza, escribe Jobs en un comunicado.
La semana pasada, Red Hat, compañía distribuidora de Linux, propuso que Microsoft donara exclusivamente computadoras (por un valor de 1.000 millones de dólares) en lugar de software, agregando que las máquinas podrían ser equipadas con el sistema operativo gratuito Linux, en lugar de Windows.
