Las actividades ilícitas de políticos de alto nivel y sus asociados, dirigentes de la FIFA, funcionarios públicos, empresarios e incluso deportistas, han quedado al descubierto mediante la infiltración de la red informática del bufete de abogados panameño Mossack Fonseca.
Un total de 11,5 millones de correos electrónicos, hojas de cálculo, expedientes de clientes, copias de pasaportes y otros datos financieros y personales, equivalentes a 2.6 TB de datos, revelan estructuras directamente ilícitas, o en el mejor de los casos opacas, de reducción o evasión de impuestos. El escándalo está siendo referido a nivel mundial como “The Panama Papers”.
Entre los líderes mundiales mencionados en los documentos filtrados figuran el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el presidente de China, Xi Jinping y el primer ministro de Islandia, Sigmundur David Gunnlaugsson.
Los documentos fueron filtrados en 2015 al periódico alemán Suddeutsche Zeitung que decidió compartirlos globalmente mediante el Consorcio Internacional de Periodismo Investigativo (ICIJ). Un total de 370 periodistas, de 78 países, estudiaron durante meses los datos, que desde el fin de semana han comenzado a publicar en sus respectivos medios de comunicación.
Algunos de los documentos internos de Mossack Fonseca revelan que la empresa habría sabido que el interés de sus clientes era principalmente reducir su carga tributaria en sus países de orígen.
Las fuentes coinciden en señalar que se trata de la mayor filtración de documentos de la historia, superior incluso a las realizadas en años anteriores por Wikileaks. Por su parte, Mossack Fonseca ha declarado, según la publicación Fortune, que se trata de “una intrusión limitada, producto de una campaña internacional contra la privacidad de las personas”.