En palabras del mediador especial Richard A. Posner, las distancias entre las partes involucradas en lo relativo al posible resultado de la mediación es tan grande, que ésta ya no es viable.
El juez instructor de la causa, Thomas Penfield Jackson, debió haber pronunciado su fallo sobre el caso el martes 28 de marzo, pero optó por dar a las partes un último plazo de diez días para ver si, en definitiva, existía la posibilidad de un acuerdo extrajudicial. Todo hace suponer que el juez Penfield Jackson pronunciará esta semana un fallo condenatorio que establecerá que Microsoft infringió la legislación antimonopolios estadounidense.
Comentando la actual situación, el fundador de Microsoft, Bill Gates, dijo que la compañía había hecho un esfuerzo extraordinario por zanjar el caso fuera de los tribunales, pero que las autoridades finalmente no cooperaron entre si para solucionar el tema en beneficio de los consumidores y el sector corporativo. Sobre este punto, Gates indicó que no hubo coincidencia de opiniones e intereses entre el DOJ y las autoridades de los diecinueve Estados participantes en la querella. En tal sentido, recalcó que algunos Estados eran de la opinión de dividir a la compañía en unidades corporativas independientes, o adoptar otras medidas extremas, ajenas a la naturaleza del litigio.
Un funcionario del DOJ, en tanto, declaró que tal secretaría de Estado hubiera preferido llegar a una solución extrajudicial, pero que no tiene sentido llegar a una solución por el simple hecho de llegar a una solución.
Por su parte, el mediador Posner comentó que la ruptura de la mediación no era atribuible a falta de buena voluntad, habilidad, energía, esfuerzo y profesionalismo de parte de Microsoft o del Departamento de Justicia. Diplomáticamente, Posner evitó nombrar a los diecinueve Estados que también se hicieron parte de la querella, con lo que se refuerza la impresión de que fueron estos últimos los que, en definitiva, habrían torpedeado la salida extrajudicial a la causa.