La realidad es que el comercio electrónico ha traído este problema porque es un medio global, señaló Philip Gough, uno de los autores del informe, en una entrevista a Reuters.
El experto agregó que las compañías financieras con alcance global tienen la ventaja de que ya están autorizadas para hacer negocios en los mercados más importantes del mundo. El problema afecta a las empresas domésticas que desean empezar a vender en el extranjero vía comercio electrónico y a los nuevos entrantes en la industria de servicios financieros.
Las autoridades reguladoras de todo el mundo están empezando a discutir los problemas, pero están todavía muy lejos de llegar a cualquier estrategia cohesiva.
El informe señala que aunque a un nivel global algunas organizaciones tales como la OCDE y la Organización Mundial del Comercio están trabajando en torno a la cooperación internacional, el interés se centra actualmente en una mayor supervisión de compañías financieras e imposición de las reglas más que en la facilitación del desarrollo del comercio electrónico.
El peligro está en que si los reguladores no llegan a una estrategia cohesiva, esto dañará la capacidad de los consumidores para ganar acceso a los proveedores de servicios financieros excepto a un nivel doméstico.
Los consumidores podrían beneficiarse si el mercado llega a ser más internacional y la competencia no es restringida, declaró Gough.