Información de los estados miembros de la UE y de los países socios de Europol indica que algunos criminales del ransomware pueden haber “intensificado sus actividades”, añadiendo que “los criminales también están reclutando activamente colaboradores para maximizar el impacto de sus ardides”.
Europol comprobó que el período entre una infección inicial por un programa de ransomware y la activación del mismo se ha acortado desde el comienzo de la pandemia del Covid-19.
“Los delincuentes no esperan el momento ideal para lanzar el ataque, sino que lo intentan lo antes posible”, dijo la agencia en un nuevo informe. “Esta pandemia saca a relucir lo mejor, pero lamentablemente también lo peor de la humanidad”, dijo la directora ejecutiva de Europol, Catherine De Bolle.
Según De Bolle, “los criminales se están aprovechando de la situación surrealista actual, en la que se ve un gran número de personas trabajando desde casa, a menudo protegidas por sistemas de ciberseguridad anticuados”.
Se espera que las campañas de phishing y de rescate lanzadas para explotar la crisis “sigan aumentando en alcance y escala”, según el estudio.
Los delincuentes han explotado los programas de ransomware existentes durante la crisis, pero también han seguido apareciendo nuevas familias de programas de rescate.
Mientras tanto, los ataques de denegación de servicio distribuidos (DDoS) han registrado un “ligero aumento” en las últimas semanas. Europol espera que estos ataques se intensifiquen aún más, en parte porque representan un “tipo de delito accesible con escasas trabas”.
Ambos tipos de ataque suponen la interrupción de la infraestructura informática, que se ha vuelto cada vez más crítica con tantas personas trabajando a distancia, lo que hace que las organizaciones sean más susceptibles a los intentos de extorsión.
“La pandemia puede multiplicar el impacto dañino de un ataque exitoso contra ciertas instituciones, lo que refuerza la necesidad de una efectiva resistencia cibernética”, dijo Europol.
La agencia advirtió que es probable que los mercados de la Dark Web y los canales de comunicación digital sean “cada vez más utilizados” para facilitar la distribución de bienes ilícitos.
Europol también observó un aumento de la difusión de la desinformación durante la crisis, así como de los ataques híbridos de ciberataques y desinformación, la interrupción de servicios críticos, el debilitamiento de la confianza pública en las instituciones gubernamentales y la explotación de las vulnerabilidades sociales. Según la Europol, la receptividad de los usuarios a la desinformación surge, paradójicamente, de la sobresaturación de la información disponible junto con la percepción de una falta de fuentes fiables de noticias.