Según se indica, fue el propio proveedor de conexión a Internet, SingNet, que solicitó a una unidad ministerial experta en informática revisar las máquinas de sus clientes con el fin de detectar copias del troyano Back Orifice.
El asunto salió a la luz pública luego que una estudiante de nombre Anne Lee revelara que el Ministerio del Interior de Singapur había irrumpido ilegalmente en su computadora a mediados de abril. La joven Lee usó el programa Jammer, que detecta actividades como las realizadas por el Ministerio, informa The Wall Street Journal.
Las revelaciones de Lee causaron fuertes reacciones de protesta entre los usuarios de Internet de Singapur. Ante ello, SingNet debió disculparse públicamente en su sitio web, con un titular que decía Debimos haber informado a usted antes. La compañía que es 80% propiedad de la estatal Singapore Telecom insiste en que su único propósito había sido detectar usuarios con máquinas infectadas por el virus.
Singapur tiene ya un sistema bastante restrictivo de conexión a Internet, mediante el cual las autoridades bloquean el acceso a sitios web considerados indecentes o inadecuados. El temor de los clientes de SingNet es que no se trate de un hecho aislado, sino parte de un sistema mediante el cual las autoridades irrumpen como cualquier otro hacker aunque poderoso en las computadoras de los habitantes conectados a la red.