La decisión fue adoptada por 256 contra 164 votos, y su aprobación definitiva requiere un voto igualmente mayoritario en el Senado. Desde ya, observadores pronostican que la votación también será favorable en esa Cámara.
Objetado por grupos defensores de la privacidad online, el cuerpo legal extiende y fortalece las facultades de vigilancia electrónica conferidas a la NSA. En particular, se autoriza la organización a obtener comunicaciones electrónicas pertenecientes a individuos no estadounidenses, residentes fuera de los Estados Unidos. Asimismo, permite interceptar las comunicaciones realizadas entre estas personas y ciudadanos estadounidenses. De esta forma, se hace posible el acceso a comunicaciones de estadounidenses sin necesidad de orden judicial.
La normativa también permite a la NSA almacenar estas comunicaciones en una base de datos, continuándose así el procedimiento iniciado en 2001, con posterioridad a los ataques terroristas del 11 de septiembre de ese año. Esta información fue filtrada a la opinión pública por Edward Snowden. Desde entonces, organizaciones de defensa de la privacidad y derechos civiles han cuestionado el programa, por considerarlo ilegal.
Las organizaciones Electronic Frontier Foundation (EFF) y American Civil Liberties Union (ACLU) Lamentaron la decisión de los legisladores estadounidenses, señalando que ésta aumenta la capacidad de espionaje del gobierno de ese país.
El presidente estadounidense Donald Trump expresó hoy su apoyo a la decisión del cuerpo legislativo, confirmando así que firmará la ley una vez que esta sea ratificada por el Senado.