Según Axios, las empresas de capital riesgo están mostrando un marcado entusiasmo por las startups dedicadas a la IA, en particular las que se dedican al desarrollo de modelos básicos. Esta tendencia inversora podría describirse como una de las apuestas binarias más significativas jamás realizadas por la comunidad de capital riesgo. Sin embargo, es posible que estos capitalistas de riesgo no estén plenamente al tanto de los riesgos que ello entraña.
Una cantidad significativa de los datos utilizados para construir estos modelos de IA está sujeta a la legislación estadounidense sobre derechos de autor. Axios ha averiguado que varias empresas, entre ellas grandes sellos musicales, han presentado demandas alegando infracción de los derechos de autor. A pesar de esta nube legal, los capitalistas de riesgo parecen no inmutarse.
Los riesgos de que estas demandas prosperen no son desdeñables. Ganar un caso podría trastocar por completo la estructura de costes de estas empresas de nueva creación, muchas de las cuales se han asegurado miles de millones de dólares en inversiones. Estas empresas ya están luchando con los crecientes costes de computación, y cualquier carga financiera adicional, como los derechos de autor, podría resultar insuperable.
Jason Peterson, director general de la empresa de gestión de derechos de propiedad intelectual y reclamaciones GoDigital Media Group, declaró a Axios que utilizar datos protegidos por derechos de autor para entrenar la IA bien podría considerarse una violación flagrante de la ley de derechos de autor. Según advierte, es probable que los tribunales pongan coto a este tipo de prácticas.
Por tal motivo, Axios se puso en contacto con inversores de capital riesgo implicados en los principales desarrolladores de IA y ninguno pareció excesivamente preocupado. Algunos incluso esgrimieron argumentos jurídicos sobre el uso justo, rebatiendo la idea de que los modelos de IA sean equivalentes a bases de datos que plagian directamente los contenidos. Otros expresaron su confianza en la capacidad de las grandes tecnológicas para navegar por las complejidades de la ley de derechos de autor antes de realizar inversiones significativas.
La IA se considera el próximo cambio monumental en las plataformas tecnológicas, tras las transiciones de la web a la telefonía móvil y después a la computación en la nube. Sin embargo, a pesar del potencial de inmensos beneficios, la atención parece centrarse únicamente en los frutos, saltándose los debates sobre los riesgos inherentes, como la infracción de los derechos de autor o la evolución del panorama jurídico en torno a los derechos de propiedad de los datos.