El doble papel de la tecnología en los conflictos globales: Salvadora y saboteadora

Aunque la tecnología ha revolucionado nuestro modo de vida, su lado más oscuro es cada vez más evidente, como ha quedado demostrado en Israel.

A medida que se intensifica el conflicto en Israel, y aflora más información sobre los horrores que vive la región, se hace evidente el profundo impacto de la tecnología, que pone de relieve su potencial para exacerbar las falencias humanas. Individuos y grupos inescrupulosos están utilizando una serie de sofisticadas tecnologías para exacerbar la crisis, subrayando las facetas más oscuras del progreso digital.

Aunque los avances en IA, investigación médica, conectividad global y difusión de la información han revolucionado nuestro modo de vida, no pueden ignorarse las facetas más oscuras del desarrollo tecnológico. Esta dualidad se puso de manifiesto en los trágicos sucesos de Israel, donde la tecnología fue a la vez una herramienta y un arma.

En medio de la escalada del conflicto, los ciberataques han contribuido a  exacerbar las tensiones. Según diversos medios, se interrumpieron los sistemas de alerta de emergencia en Israel, se atacaron infraestructuras críticas como las redes eléctricas y los proveedores de electricidad, y sitios web gubernamentales. Incluso se envió una falsa alarma sobre la inminencia de un misil nuclear a través de la aplicación RedAlert, diseñada para avisar a los ciudadanos del lanzamiento de cohetes.

Los hackers no se detuvieron ahí; el mayor diario en lengua inglesa de Israel, The Jerusalem Post, también sufrió varios ciberataques que dejaron fuera de servicio su sitio web. La deteriorada reputación de X, antaño una fuente fiable de noticias de último minuto, ha quedado aún más en evidencia como fuente de desinformación, especialmente en esta situación tan volátil.

Lo que es aún más alarmante es cómo Hamás y los grupos asociados han conseguido eludir las restricciones bancarias internacionales utilizando criptodivisas. Según el Wall Street Journal, la Yihad Islámica Palestina y Hamás han recaudado hasta 93 y 41 millones de dólares respectivamente en criptodivisas desde agosto de 2021. Esto pone de relieve una preocupación acuciante sobre el papel de los activos digitales a la hora de eludir la supervisión financiera tradicional.

En medio de estos avances, también han surgido preocupaciones sobre la excesiva dependencia tecnológica. Los expertos en defensa sugieren que la atención, quizás excesiva, prestada por Israel a la tecnología avanzada le ha hecho vulnerable a los ataques de baja tecnología, lo que pone de relieve otra forma de vulnerabilidad.

En un acontecimiento separado pero relacionado, la Unión Europea ha dirigido su mirada reguladora hacia Elon Musk, el propietario de la plataforma de medios sociales X, antes conocida como Twitter. En una advertencia en virtud de la recién implementada Ley de Servicios Digitales (DSA), los funcionarios de la UE han exigido a Musk que aplique una estricta moderación de contenidos para combatir la propagación de la desinformación, en particular en relación con los recientes ataques de Hamás contra Israel.

Thierry Breton, comisario de la UE responsable de la DSA, escribió una carta redactada en términos enérgicos a Musk, instándole a ponerse en contacto inmediatamente con Europol y otros organismos policiales pertinentes. Breton hizo hincapié en la necesidad de “adoptar medidas de mitigación proporcionadas y eficaces” para hacer frente a los riesgos para la seguridad pública que plantea la desinformación difundida mediante X.

La misiva de Breton resalta la creciente preocupación de la UE por la influencia de las grandes plataformas tecnológicas en los retos de la sociedad, y recuerda a Musk las obligaciones precisas que le impone la DSA en materia de moderación de contenidos. Si Musk incumple estas directrices, se arriesga a una multa del 6% de los ingresos de X o al cierre total de la plataforma en toda la Unión Europea.


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