El año 2022, fue testigo de enormes avances en el campo de la Inteligencia Artificial (IA). Se desarrollaron modelos de redes neuronales increíblemente potentes que son capaces de generar imágenes, texto e incluso vídeo de manera constante. Esta rápida evolución de la IA está comenzando a tener un impacto tangible en la práctica de carreras que hasta hoy son consideradas “tradicionales”.
El mundo del Derecho y la Abogacía no esta ajeno a los cambios que genera estos avances en el campo de la IA. Sin duda, ésta será un gran apoyo para realizar tareas rutinarias y repetitivas de manera eficiente y precisa, lo que le permitirá al abogado enfocarse en temas más cognitivos como, por ejemplo, la interpretación del derecho aplicable a una norma o un contrato.
La IA puede proporcionar una gran ventaja a los abogados al permitirles analizar grandes cantidades de documentos y datos de manera mucho más rápida y precisa de lo que sería posible de forma manual. Por ejemplo, en un litigio o en casos de due diligence donde pueden existir miles de documentos que deben ser examinados, la IA puede hacerlo de manera automática y rápida, ahorrando tiempo y esfuerzo a los abogados. Además, la IA también puede ayudar a detectar patrones, asociaciones y cláusulas ilegales o abusivas en diferentes documentos y datos, lo que puede ser de gran ayuda para identificar pruebas relevantes y construir un caso sólido. En resumen, es una herramienta muy útil para los abogados al facilitar el proceso de análisis de documentos y datos en casos complejos.
Imagina que un abogado está llevando a cabo una investigación sobre un caso de fraude financiero o fiscal en el que se sospecha que una empresa ha estado ocultando ingresos y gastos en sus declaraciones de impuestos o estados financieros. En esta situación, la IA permite analizar de manera rápida y eficiente miles de documentos, correos electrónicos, facturas, recibos y registros contables en busca de patrones sospechosos y relaciones entre diferentes transacciones. Así, podría facilitar el proceso de recopilación y análisis de pruebas, permitiendo al abogado llegar a conclusiones más precisas y sólidas.
En otro ejemplo, un abogado podría utilizar una herramienta de IA para generar un contrato de compraventa de una propiedad en cuestión de segundos. La herramienta de IA podría analizar los datos proporcionados por el abogado, como la información del vendedor y del comprador, el precio de la propiedad y las condiciones del contrato, y generar un documento que cumpla con todas las leyes y regulaciones aplicables al país en cuestión.
Aunque el futuro de la IA en el ámbito legal aún está en desarrollo, es indudable que tiene el potencial de transformar significativamente la práctica profesional del abogado en los próximos años. Puede ayudar a realizar tareas de manera inmensamente más rápida y precisa, analizar grandes cantidades de datos y a generar documentos legales de manera más eficiente. No obstante, es importante tener en cuenta que, al menos por el momento, la IA no puede reemplazar completamente el trabajo del abogado ya que siempre será necesario el juicio humano y el conocimiento legal para tomar decisiones complejas y delicadas, especialmente en ámbitos como la interpretación legal, la integración de normas, la identificación de una estrategia legal o incluso en el arte de la negociación para llegar a un acuerdo sin tener que recurrir a un juicio.
El desafió en los próximos años será identificar cómo utilizar estas tecnologías sin perder de vista que siempre será necesario el aporte humano y el conocimiento profesional para tomar decisiones y resolver problemas complejos.
Por Javier Veloso, Socio de Impuestos y Tecnología Grant Thornton