La implementación del nuevo asistente de IA de Klarna, desarrollado en colaboración con OpenAI, ha provocado un cambio significativo en las operaciones de atención al cliente de la empresa. En solo un mes desde su implementación, la IA ha logrado manejar 2,3 millones de conversaciones, haciendo efectivamente el trabajo de 700 empleados a tiempo completo. Este desarrollo, como ha destacado el CEO de Klarna, Sebastian Siemiatkowski, subraya el profundo impacto que se espera que tenga la inteligencia artificial en la fuerza laboral y la sociedad en general.
Mientras que el efecto inmediato de esta implementación de IA es una reasignación de tareas entre los agentes de atención al cliente subcontratados por Klarna, Siemiatkowski enfatiza la necesidad de un discurso social y político más amplio sobre las implicaciones de la IA para los trabajadores. Aboga por un enfoque considerado e informado para la gobernanza de la IA, destacando la importancia de prepararse para la transformación social que puede traer.
El asistente de IA de Klarna ha demostrado capacidades impresionantes en el manejo de diversas tareas de atención al cliente, incluyendo reembolsos, devoluciones y problemas relacionados con pagos, con un nivel de eficiencia y precisión que iguala o supera a los agentes humanos. Esto no solo ha llevado a una mejora en la satisfacción del cliente, sino también a una disminución significativa en el tiempo necesario para resolver consultas, lo que demuestra el potencial de la IA para mejorar la calidad del servicio y la eficiencia operativa.
Sin embargo, las implicaciones más amplias de la IA para el empleo son una preocupación creciente. Con predicciones de fuentes como Goldman Sachs que sugieren que la IA podría reemplazar cientos de millones de empleos en la próxima década, el debate sobre el papel de la IA en el futuro del trabajo se está intensificando. Mientras algunos creen que la IA aumentará la productividad humana, otros temen que pueda conducir a un desplazamiento laboral generalizado. Este futuro incierto exige una cuidadosa consideración de cómo equilibrar los beneficios de la IA con la necesidad de proteger y hacer la transición de la fuerza laboral.