El estudio, difundido por el periódico USA Today, señala que el 55% de los consultados respondió que evitaría viajar en avión el 31 de diciembre, en tanto que el 58% procuraría documentar por escrito sus haberes financieros y el 40% tenía planes de almacenar alimentos, agua y combustible extra.
A pesar de que tales porcentajes implican un aumento con respecto a sondeos anteriores, en la misma muestra quedó constatado que el número de estadounidenses que prevé fallas en sistemas de importancia clave para el funcionamiento de la sociedad es el menor de los últimos doce meses.
En efecto, los porcentajes de ciudadanos pesimistas con respecto a las posibilidades de que el tráfico aéreo, los servicios financieros y la distribución de aumentos tengan de superar sin inconvenientes la transición informática, son de 38%, 34% y 32%, respectivamente.
Comentando el sondeo, John Koskinen, asesor del Presidente Clinton para asuntos relacionados con el Y2K señaló que los porcentajes dejan de manifiesto que la ciudadanía ha entendido que sólo es necesario tomar precauciones moderadas y no prepararse para una catástrofe, propiamente tal.
Las palabras de Koskinen pudieran perder algo de credibilidad, considerando que la semana pasada se retractó de un anuncio hecho por él anteriormente, en el sentido de que viajaría en avión la medianoche del 31 de diciembre.