El Banco Mundial realizó un estudio en el que se aborda el problema y se llega a la conclusión de que la denominada brecha de la información continúa creciendo entre países ricos y pobres.
En el estudio se indica que sin ayuda, las economías de países subdesarrollados probablemente serán menos versátiles y estarán estancadas en la agricultura y producción de materias primas, mientras que los países desarrollados estarán cada vez más especializados en la información.
La falta de infraestructura tecnológica en los países en desarrollo tiene como consecuencia que 98 por ciento de los asiáticos, 98 por ciento de los latinoamericanos y 99.5 de los africanos no tengan acceso a la Red.
Según expertos en el tema, a largo plazo, el acceso a y producción de la tecnología en países pobres puede estimular su economía. Sin embargo, en el mediano plazo, la tecnología probablemente agravará la brecha de los ingresos entre especialistas en informática y trabajadores sin dicha especialidad.