Craig Barrett, presidente de la junta directiva de Intel Corporation, ha solicitado al sector tecnológico y a los países innovar e invertir para potenciar el desarrollo económico y resolver la problemática mundial.
Definiendo la innovación y la tecnología como la espina dorsal de la economía moderna, Barrett comunicó a los asistentes al CeBIT 2009 que las inversiones en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) van a servir de ayuda para garantizar la prosperidad económica a medida que el mundo experimente una transformación digital.
Hay una serie de indicadores que las naciones deben ajustar para competir, ha afirmado Barrett durante el inicio de la mayor muestra tecnológica del mundo. La inversión en educación produce como resultado personas inteligentes y la inversión en I+D permite desarrollar ideas inteligentes, por eso debemos crear el entorno apropiado para que las personas inteligentes puedan desarrollar las ideas inteligentes. Estos pasos pueden estimular el crecimiento económico, crear más puestos de trabajo y nuevas oportunidades, incluyendo colaboraciones futuras entre el sector privado, los gobiernos y las universidades.
Barrett ha sacado estas conclusiones tras visitar más de 30 países al año como embajador tecnológico y como presidente de la junta directiva de la Alianza Mundial de las Naciones Unidas para las TIC y el Desarrollo. Los países que invierten adecuadamente en tecnología se encuentran mejor equipados para ocuparse de estos retos, afirmó Barrett, mientras que los estados que ignoran o retrasan estas inversiones tienen una mayor probabilidad de encontrarse en una situación de desventaja mundial.
En vista de la coyuntura económica mundial actual, un pensamiento a largo plazo es ahora más importante, afirmó Barrett. En estos momentos podemos establecer una base para el crecimiento. Muchas naciones y empresas intentan encontrar una vía para salir de la recesión y las inversiones son un medio excelente para lograr este objetivo.
Asimismo, Barrett considera que la inversión en innovación no sólo estimula la creación de puestos de trabajo, sino que también incrementa la productividad, potencia nuevas formas de energía, apoya un consumo más inteligente de dicha energía, mejora la atención sanitaria y ofrece a los consumidores más beneficios a un coste menor.