CPP instala un Control de Movilemia para evaluar el grado de dependencia al teléfono móvil

La empresa CPP, especializada en seguros y servicios de protección y asistencia entre los cuales se encuentra CPP Móvil Seguro, ha realizado el primer Control de Movilemia de España, consistente en un reconocimiento a decenas de voluntarios que persigue analizar su grado de dependencia del terminal, hábitos de seguridad y, en definitiva, si hacen o no un uso responsable del teléfono móvil y si poseen más o menos riesgo a sufrir los inconvenientes de un robo, una pérdida o una avería.

Para pasar el Control de Movilemia, los voluntarios han tenido que pasar un test que analiza el tipo de uso que hacen del terminal y los hábitos que pueden evitar el robo, la pérdida o la avería del dispositivo. A continuación, el psicólogo experto en adicciones, Jose Antonio Molina del Peral, ha estudiado, caso por caso, aspectos como el grado de tolerancia, la pérdida de control o la interferencia en otras áreas de la vida para determinar el nivel de adición o dependencia al móvil. En palabras de Jose Antonio, “hemos tenido en cuenta variables típicas que se usan para medir cualquier tipo de adicciones”. Molina del Peral asegura que a medida que nos hacemos más dependientes de estas herramientas, más riesgo tenemos a sufrir un síndrome de abstinencia si perdemos, nos roban o se nos estropea el teléfono.

Eduardo Gil, portavoz de CPP, explica que desde que lanzaron el seguro para móviles la evolución de este servicio ha tenido un punto de inflexión con la aparición de los smartphones o teléfonos inteligentes: “Antes la gente no nos pedía la reposición de su móvil con tanta rapidez pero ahora, cuando nos llaman porque han sufrido un robo o una avería, exigen recuperar su móvil con la mayor rapidez posible. Además, no sólo se muestran irritados y molestos por la pérdida económica, que cada día es mayor porque cada vez son más caros, sino por el hecho de no poder comunicarse y tener que conectar obligatoriamente de su vida online”.

Para Jose Antonio Molina, las reacciones de las personas que, por un robo, una pérdida o una avería, se vean obligados a prescindir de su móvil, varían mucho según el uso que hagamos de estos dispositivos pero todos dependemos, en mayor o menor medida, de esta herramienta hoy día: “No es lo mismo ser adicto a algo que depender de ello. Los seres humanos dependemos del agua pero no somos adictos a ella y algo similar sucede con las herramientas que nos ayudan a comunicarnos, como es el caso del teléfono móvil. Como seres humanos, necesitamos comunicarnos y el móvil es una herramienta más para hacerlo.” Dicho esto, del Moral advierte: “Ya que el móvil está presente en tantos momentos de nuestro día a día, debemos aprender a hacer un uso responsable de él. Podemos asumir que sea algo imprescindible pero también podemos evitar convertirnos en esclavos de él.” Eduardo Gil, responsable de esta iniciativa, asegura que promover el uso responsable del teléfono móvil es una de las prioridades de esta campaña. “Sea cual sea tu nivel de dependencia del móvil, hay medidas sencillas que pueden evitar que sufras los inconvenientes que supone un robo, una pérdida o una avería de tu teléfono. Entre ellas, cada día se hace más necesario contar con un buen seguro que te ayude a volver a poner tu vida en orden cuanto antes.”

ESTUDIO SOBRE USO IRRESPONSABLE DEL MÓVIL EN ESPAÑA (Avance)

Para apoyar este Control de Movilemia, CPP Móvil Seguro ha llevado a cabo una encuesta entre más de 1.500 españoles sobre hábitos que pueden indicar un uso irresponsable o excesivo del teléfono móvil. Según esta encuesta, el móvil es un ordenador portátil para más de la mitad de los españoles, más para los hombres que para las mujeres y se observan grandes diferencias entre los diversos grupos de edad. Son los jóvenes de entre 18 y 24 años los que más lo utilizan como si fuera un PC, sobre todo los chicos (68% vs 58%) mientras que sólo el 15% de los encuestados entre 55 y 64 años hace este tipo de uso. Además, mientras que sólo el 2% de los más jóvenes lo usan únicamente para llamar, el 20% de los más mayores asegura usarlo sólo como teléfono. Por regiones, en Madrid y Cataluña se utiliza más como un ordenador y en Andalucía y País Vasco menos“. Para Eduardo Gil, de CPP, “los avances tecnológicos suponen siempre nuevos riesgos, debemos ser conscientes de que el móvil es tan potente como un ordenador pero tan fácil de usar como una calculadora, lo cual provoca que lo usemos sin las medidas de seguridad y control adecuadas.” La encuesta arroja algunos resultados muy curiosos que se resumen a continuación en estos siete puntos clave:

– No lo soltamos ni para ir al baño: Un tercio de los españoles asegura llevarse el móvil al baño por si le llaman o reciben un mensaje. Sólo un 32% afirma no llevárselo jamás al excusado y el otro tercio rara vez. De nuevo, los hombres van acompañados del terminal al excusado más frecuentemente (38%) que las mujeres (25%). Sólo el 12% de chicos entre 18 y 24 afirma no llevárselo nunca al baño, frente al 18% de chicas de esa edad, y sólo el 44% de las personas entre 55 y 64 deja años lo ha dejado siempre fuera del lavabo. Los vascos, los que más lo mantienen fuera del WC (46%) y los madrileños los que menos (21%).

– El amor y el móvil: Sólo el 25% de los españoles asegura desconectar el móvil en un momento íntimo con su pareja o con un ligue. Un 6% dice que alguna vez lo han usado para hacerse fotos o grabarse, porcentaje que se eleva al 13% si nos fijamos sólo en la franja de jóvenes entre 18 y 24 años, sobre todo los chicos. Un 10% afirma que en alguna ocasión ha visto interrumpido su momento de amor por una llamada o un mensaje. A los jóvenes es a quienes menos parece importarles que se suspenda ese momento mágico (18%) frente a los más mayores (5%). El 58% de los españoles afirma que se limita a dejarlo encendido por si recibe una llamada urgente, algo que hacen más las mujeres (60%) que los hombres (54%) y quienes más lo dejan encendido son las personas de entre 55 y 64 años (65%), sobre todo las mujeres mayores (82% vs 56% de h). Quienes prefieren apagarlo para que nadie les moleste son los hombres mayores, un 37%, mucho más que las mujeres de su misma edad 10%.

– Con el móvil a la cama: Sólo un 28% lo apaga y asegura no tenerlo cerca, como despertador siquiera. El 8% afirma mandar mensajes, hablar, jugar o navegar por Internet desde el terminal antes de dormirse y el 5% afirma incluso haberse despertado a media noche para usarlo. La mayoría, el 58%, lo deja en la mesilla porque para usarlo como alarma. Pocas diferencias entre ambos géneros, aunque en este caso ganan ellas, quienes afirman usarlo más a última hora que ellos (9% vs. 7%). Sí se mantienen las grandes diferencias entre grupos de edad, con un 9% de gente entre 18 y 24 que se despierta a media noche para usarlo y un 8% del grupo 25-34. El resto de edades se sitúa en el 3% o por debajo. Apagarlo para conciliar el sueño sólo lo hace el 13% de los más jóvenes (18-24) mientras que los mayores practican más esta costumbre (42%). Los que más lo usan como despertador son los de 35-44 (62%) y los que menos los de 55-64 (53%). El 18% de los jóvenes lo usan desde la cama frente al 1% de mayores (55-64). Curiosamente, parecen desvelarse más a media noche los gallegos (6%) y mucho menos los valencianos (2%), lo apagan para dormir más los vascos (37%) y mucho menos los andaluces (21%), que son también quienes más lo usan como alarma (67%), frente a los gallegos que lo hacen menos (51%). Desde la cama, quienes más lo usan son los madrileños (14%) y quienes menos, los andaluces (6%).

– Con un ojo en la carretera y el otro en el móvil: Únicamente el 28% lo apaga o lo silencia cuando conduce siendo más las mujeres (34%) las que aseguran desconectarlo para evitar distracciones que los hombres (21%). Generalmente (55%), lo dejamos encendido y con el manos libres, y ya hay un 15% que lo utiliza como navegador, en lugar de otro tipo de dispositivos, sobre todo los hombres (20%), mucho más que las mujeres (11%). Aunque es un porcentaje bajo, preocupa que haya un 2% que reconozca mandar mensajes, consultar sus redes sociales o utilizar alguna otra aplicación similar mientras está al volante. Por edades, curiosamente los más jóvenes (18 a 24 años) son quienes más afirman apagarlo (32%) mientras que el grupo comprendido entre 25 y 44 años son los que más lo usan desde el coche o la moto (26%), grupo que además es el que más manda mensajes o consulta sus redes sociales al volante (4%) y quienes destacan por usarlo como navegador (20%). Por comunidades autónomas, los madrileños y valencianos destacan por ser los que más chatean mientras conducen, contestan si les llaman y los que más lo utilizan como navegador. Quienes más se olvidan de él son los gallegos, los andaluces y los catalanes.

– El móvil hasta en la sopa: En la mesa, ya sea una comida familiar o de negocios, la mayoría (55%) dice dejarlo en el bolso o en el bolsillo de la chaqueta y, si suena, contesta, siendo ellas quienes lo dejan más en el bolso (58%) que ellos en la chaqueta (50%). El 20% de los encuestados, afirma dejarlo incluso encima de la mesa para no perderse ninguna llamada ni ningún mensaje, sobre todo los hombres (22%) más que las mujeres (16%). Incluso un 5% afirma usarlo mientras come porque dicen poder hacer varias cosas a la vez, sobre todo los jóvenes (10%), más que los mayores (55-64 años: 2%). Tan sólo el 20% afirma olvidarse de él para prestar toda la atención a sus comensales, siendo mucha la diferencia entre grupos de edad. Los encuestados entre 55 y 64 años lo apagan mucho más, el 32%, que los jóvenes entre 18 y 24, tan sólo un 9%, y que las personas entre 25 y 34, un 16%. En Madrid es donde más se come con el móvil encima de la mesa (27%) y donde menos en el País Vasco (14%). En Cataluña es donde más afirman apagarlo (24%) y en Valencia donde menos (18%). Los vascos prefieren dejarlo más en la chaqueta o el bolso (66%).

– Con el móvil al cine o al teatro: Más del 36% afirma dejar el móvil encendido en el cine o en el teatro y aseguran no poder evitar mirarlo si reciben un mensaje. El 58% afirma apagarlo pero hay un 5% que reconoce que alguna vez le ha sonado en mitad del espectáculo. Las mujeres lo apagan un poco más que los hombres (59% vs 56%), que están un poco más pendientes (38%) que ellas (35%) por si suena algún mensaje y poder verlo de inmediato. Una vez más, se observan grandes diferencias entre grupos de edad. Los más mayores lo apagan más en estos momentos de ocio (70% del grupo 55-64) y los jóvenes los que menos (38% del grupo 18-24). Los chavales son quienes menos pueden evitar mirarlo si les vibra (52%) y los mayores los que menos (25%). A quienes más les ha sonado el móvil alguna vez en un espectáculo es a los andaluces (6%) y menos a los valencianos y madrileños (3%). Quienes más pendientes están de si reciben algún mensaje y no pueden evitar mirarlo son los valencianos (42%) y andaluces (39%) y menos los catalanes y vascos (29%). Los que más apagan el móvil y se olvidan de él completamente son los vascos (66%), catalanes (65%) y madrileños (61%).

– El móvil se viene conmigo de vacaciones: Cuando los españoles nos vamos de vacaciones, sólo el 1,5% consigue dejarlo en casa para desconectar completamente. El 50% prefiere llevárselo esgrimiendo que lo hace sólo para llamar a familiares o amigos o por si surge una urgencia, un cuarto (24%) para hacerse fotos y el otro cuarto restante (25%) para colgarlas en las redes sociales, consultar noticias, el correo electrónico y otras aplicaciones. De nuevo, los mayores (55-64) lo dejan más en casa (4%) mientras que los encuestados entre 18 y 44 años rara vez lo hacen (1%). Las personas mayores de 45 años se lo llevan más sólo para llamar (65%) mientras que las personas de entre 18 y 25 años destacan como las que más lo hacen para actualizar sus redes sociales, consultar la actualidad y utilizar aplicaciones (40%), un porcentaje que va cayendo a medida que aumenta la edad del encuestado (35% del grupo 25-34; 26% del grupo 35-44; 13% del grupo 45-54; y 10% en mayores de 55 años). Quienes más lo dejan en casa en época estival son los gallegos (4%) y quiénes menos los catalanes, valencianos y andaluces (1%). Y son los madrileños los que más lo usan para estar conectado a todo (34%) mientras que andaluces y vascos lo hacen por debajo de la media (22%).

CONTROL DE MOVILEMIA

CPP ha querido ir donde está un grupo de especial riesgo, los jóvenes de entre 18 y 25 años, por lo que ha escogido la ciudad universitaria como lugar para realizar el experimento. Durante todo el día ha sometido a decenas de voluntarios a este singular Control de Movilemia. “Hemos invitado a todo tipo de gente a pasar el control pero especialmente a aquellos que iban andando sin mirar al frente porque estaban chateando o navegando por Internet desde el móvil”, afirma Eduardo Gil, responsable de comunicación de CPP. El control ha consistido en un test de hábitos de uso del móvil, de las medidas de seguridad que toman para no sufrir robo, pérdida o avería y, posteriormente, han realizado una entrevista con el psicólogo especialista en adicciones, Jose Antonio Molina del Peral. Jose Antonio ha llevado a cabo las entrevistas evaluando el asunto “tal y como se avalúa cualquier adicción, midiendo el grado de tolerancia y abstinencia, la pérdida de control, la interferencia en otras áreas de la vida y la respuesta inmediata ante la falta del objeto, en este caso el móvil”. Con la puntuación que ha obtenido cada voluntario en el cuestionario inicial y en la reunión con el psicólogo se ha determinado el nivel de riesgo que presenta cada uno a sufrir las consecuencias negativas que conlleva la pérdida, robo o avería del celular, que es cuando afloran los síntomas de dependencia excesiva. Los voluntarios han recibido su diagnóstico personal y una guía de uso responsable del teléfono móvil. “Se trata de estar conectado, no enganchado, de aprovechar todo lo positivo que tiene el teléfono móvil para hacernos la vida más fácil, no para esclavizarnos, por eso es tan importante hacer un uso responsable de esta herramienta y protegernos ante un robo o una avería, que son los momentos en los que afloran esos incómodos síntomas, esa inseguridad y esa ansiedad”, explica Eduardo Gil. Durante el evento, la compañía CPP ha sorteado varias pólizas de su seguro de móvil entre los asistentes además de unos cargadores de batería de bolsillo para evitar quedarte sin móvil cuando más lo necesites.

PRECOUPACIÓN ANTE EL ROBO, PÉRDIDA O AVERÍA DEL MÓVIL

Al sufrir un robo, una pérdida o una avería del teléfono móvil no sólo padecemos el inconveniente de la pérdida económica, que varía según el tipo de terminal, sino también la sensación de incomunicación que ello produce y otros síntomas relacionados con el nivel de dependencia que cada uno tenga del dispositivo. Además, es posible ser víctima de fraudes por robo de identidad debido a la gran cantidad de datos personales que almacenamos en estos aparatos.

Durante el Control de Movilemia, los voluntarios han respondido a un test que mide si toman medidas de seguridad tan necesarias como bloquear la pantalla, disponer de un antivirus, hacer copias de seguridad o no conectarse a redes inalámbricas inseguras. También se les ha preguntado si descargan aplicaciones sin leer los términos y condiciones, si dejan el móvil encima de la mesa en una cafetería, si lo llevan en el bolsillo de atrás del pantalón y si evitan averías no metiéndolo en el baño, cerca de la piscina o en la playa. CPP hará públicas todas las conclusiones de este test de seguridad y prevención junto con el análisis pertinente del psicólogo Jose Antonio Molina sobre las entrevistas personales que ha mantenido. Aun así, CPP quiso realizar una encuesta previa entre más de 1.500 españoles sobre si les importaba sufrir una pérdida, un robo o una avería del móvil y sobre si han incrementado las medidas de seguridad ante el encarecimiento de estos dispositivos para estar protegidos y evitar los inconvenientes, económicos y psicológicos, que conlleva un incidente de este tipo. Algunas curiosas conclusiones evidencian, por un lado, el creciente apego que se tiene de estos aparatos:

No sin mi móvil: Uno de cada tres encuestados prefiere, antes que perder el móvil, que le quiten un día de vacaciones en el trabajo, perder un vuelo o un tren cuando se iban de viaje o incluso un regalo que acababan de comprar a su pareja. Un 1% aseguró que elegiría sufrir un engaño por parte de su pareja antes que quedarse sin su teléfono.

Existen diferencias entre ambos géneros. Hay más mujeres (15% vs. 10% de h) que preferirían perder un regalo que han comprado a su pareja por el aniversario antes que quedarse sin el teléfono mientras que hay más hombres (21% vs, 15% de m) que sacrificarían un día de vacaciones o perderían un billete de avión o de tren antes que sufrir pérdida o robo del dispositivo. Los jóvenes destacan a la hora de sacrificar un regalo comprado a su pareja por el aniversario, un día de vacaciones o un billete de avión o de tren en lugar de sufrir pérdida o robo del celular.

No sin mi seguro: Ante el encarecimiento de los teléfonos inteligentes y los cambios en las estrategias comerciales de las operadoras, se hace cada vez más necesario contar con un seguro que te cubra el robo o la avería del móvil. Preguntados por qué harían para evitar las consecuencias de este tipo de sucesos, sólo el 6% asegura que dejará de usar móvil en caso de que tenga que reponerlo de su propio bolsillo. El 64% asegura que compraría uno más barato, para ir tirando, y un 30% afirma que o bien contratará un seguro que le cubra estas incidencias o cree contar ya con uno que lo hace incluido en el con el seguro del hogar o del automóvil. Son los hombres quienes más preocupados están en contar con un seguro (34%) frente a mujeres (25%), sobre todo los del grupo de edad 35-44 años. Madrileños y catalanes, los más dispuestos a hacerlo, un 36% y un 34% respectivamente.

Eduardo Gil, responsable de la campaña, anunció que CPP publicará los datos extraídos durante el Control de Movilemia junto con los resultados de la encuesta nacional y la visión, la opinión y las valoraciones del psicólogo, conformando un completo informe que verá la luz a principios del mes de junio. Eduardo concluye que “es irremediable dirigirnos hacia la conexión plena, es decir, hacia vivir conectados constantemente, de ahí la importancia creciente tanto de hacer un buen uso del móvil como de asegurarnos de no sufrir esa desconexión que tantos inconvenientes puede generarnos.”


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