En medio de la cuarentena y consiguientes reducciones a la movilidad de las personas, los índices de teletrabajo están aumentando considerablemente. Paralelamente, muchas empresas han debido implementar cualquier plan de contingencia y emergencia disponible.
Desafortunadamente, la dura realidad que impone la pandemia no desaparecerá pronto. Las cosas serán diferentes por un tiempo. La magnitud de los acontecimientos y su vertiginoso desarrollo han tomado desprevenidos no solo a los gobiernos, sino también a las grandes empresas, aquellas mejor organizadas y preparadas. La mayoría de los gobernantes -excepto algunos irresponsables- junto a organizaciones y ciudadanos de todo el mundo, han hecho lo posible por minimizar la propagación del virus y sus consecuencias.
Lo cierto es que habría sido difícil para cualquiera predecir la velocidad y la profundidad del impacto que Covid-19 ha creado. Esto se refleja en el hecho de que varias empresas no tenían previsto un plan de contingencia. Aquellas que tenían una estrategia general, no podían prever la situación actual. El desafío para las organizaciones será adaptarse de la mejor manera posible al nuevo entorno.
Afortunadamente, ahora tenemos acceso a una gran variedad de opciones tecnológicas para ayudar a abordar al menos algunos de los desafíos que las organizaciones deben afrontar. Además, gracias a una serie de anuncios alentadores, una amplia gama de compañías tecnológicas, operadores y otros están colaborando para que sus servicios sean gratuitos o para incrementar los límites de datos y ancho de banda.
En Diario TI hemos creado una nueva categoría en nuestro portal, llamada Covid-19, en la que cubriremos tales esfuerzos, que van desde soluciones de videoconferencia de alta calidad, hasta redes de banda ancha rápidas y fiables, pasando por software de colaboración basadas en la nube hasta las muy necesarias herramientas de seguridad (los ciberdelincuentes, con su típica vileza, ven una oportunidad incluso en medio de la tragedia que afecta a la humanidad).
Es así que algunas empresas de telecomunicaciones están aumentando el ancho de banda disponible, eliminando los topes de datos para los servicios de banda ancha, prometiendo no desactivar los planes de conectividad debido a las dificultades financieras causadas por la crisis, etc. Esta información es alentadora ahora que el tráfico de datos aumenta exponencialmente en la medida que más y más personas deben trabajar desde sus hogares, o simplemente buscar canales de entretenimiento, para ellos o sus hijos, para pasar las horas confinados en sus domicilios.
Otros buenos ejemplos son las iniciativas de Cisco en el campo de la infraestructura de redes, y de IBM en el aprovisionamiento de supercomputación para los científicos que están trabajando para combatir el virus. Muchas otras empresas tecnológicas están anunciando sus propios esfuerzos para abordar algunas de las preocupaciones que la pandemia ha creado. Como se ha mencionado anteriormente, cubriremos estos esfuerzos en esta nueva sección.
Tradicionalmente, la industria de TI ha buscado desarrollar productos y servicios orientados al futuro. La crisis de Covid-19 nos obliga a actuar con urgencia, aquí y ahora. En el contexto actual, la industria tampoco puede considerarse a sí misma como una tabla de salvación. Gobiernos, empresariado y consumidores considerarán, y reconsiderarán, con mirada crítica, qué pueden y qué no pueden hacer los productos tecnológicos por ellos, qué importa realmente, qué es útil y qué no lo es. Esta reevaluación de las expectativas tiene profundas implicaciones para las empresas tecnológicas, que también tendrán que reconsiderar sus estrategias de productos y políticas. El resultado debería ser una oportunidad para realizar mejoras significativas en los productos existentes.
Estos tiempos de crisis imponen una necesidad urgente de pensar y actuar de manera diferente. Mentes brillantes de la industria tecnológica ya están ocupándose de ello, y estoy seguro de que veremos los beneficios de su creatividad y su innovación. Cuando las cosas vuelvan a la normalidad, la importancia y relevancia de los planes de contingencia y servicios habilitados por la tecnología deberían ser evidentes.
Por ello, las semanas y meses venideros serán determinantes, entre otras cosas, para el teletrabajo y la colaboración a distancia. Constituirán un formidable experimento en tiempo real que revelará las verdaderas ventajas y desafíos de las herramientas y tecnologías existentes. Si funcionan bien, podrían terminar volviéndose sustancialmente más importantes en los activos del trabajador medio, incluso después de esta crisis.
Desde la perspectiva del usuario, aprovechar activamente los nuevos tipos de herramientas de conectividad y colaboración a distancia disponibles en la actualidad es parte de la solución para hacer frente a la situación.
Héctor Pizarro, Director Editorial, Diario TI