Ocultando sus identidades con seudónimos por medio de las salas de chat, los inversionistas discuten y especulan sobre las acciones de las compañías, en tanto que los empleados ventilan todo tipo de rumores y quejas sobre la gerencia.
Las compañías están demandando a los empleados desleales, reclamando que sus intervenciones en los chat son difamatorias o que exponen información confidencial. Para el caso de los chat sobre temas bursátiles, las compañías alegan frecuentemente que los autores están tratando de manipular las acciones para ganancia personal.
Un abogado de diversas compañías querellantes declaró a Wired que éstas están cansadas de esta situación.
Por su parte, abogados defensores de la privacidad y la libertad de expresión dicen que la mayoría de estos litigios carecen de fundamento y son abandonados tan pronto como los nombres son revelados. Las compañías solo quieren callar a esa gente, o vengarse, especialmente contra los empleados, señaló un representante de American Civil Liberties Union.
El año pasado, en un caso importante fueron demandados cerca de 20 empleados de una compañía contratista de la defensa estadounidense debido a los comentarios que hicieron en un chat sobre los gigantescos gastos en que incurre el Pentágono. Cuatro de los demandados tuvieron que renunciar, en tanto que el resto recibió una fuerte advertencia.