Si hablamos de contaminación, el 2022 terminó con cifras desalentadoras. Según un informe de Global Carbon difundido en la COP27 (Egipto), las emisiones de dióxido de carbono (CO2) registraron su valor más alto, con unos 40.600 millones de toneladas. De hecho, el mismo documento sostiene que, de continuar con el actual ritmo de emisiones, solo existe un 50% de posibilidades de evitar que el calentamiento global supere el alza de 1,5°C antes de 2030.
En este escenario, el Consejo de política tecnológica global (ACM TPC) de la Association for Computing Machinery, en su informe ACM TechBrief: Computing and Climate Change, documento que describe la energía consumida por las Tecnologías de la Información y la Comunicación; señaló que entre el 1,8% y 3,9% de las emisiones globales de CO2 son atribuibles a las actividades de las TIC, llevando la huella de carbono de este sector a niveles comparables, e incluso mayores, a los de la aviación.
Una iniciativa que se encuentra en el centro de esta discusión es la descarbonización de los Centros de Datos, especialmente considerando el alto consumo energético de estas infraestructuras.
Durante años se han estado aplicando tecnologías y procesos innovadores al desafío de ayudar a las organizaciones, no solo con el fin de reducir las emisiones de sus Centros de Datos, sino también a reducir los costos, a través de una mayor eficiencia energética y un mejor rendimiento empresarial. Porque, descarbonizar el Data Center es bueno para el planeta, así como también para el negocio.
El proceso puede implicar modernizaciones de las cargas de trabajo adecuadas, ayudar a reducir la sobrecarga del sistema operativo y la huella de la infraestructura, con lo que, en algunos casos, se puede alcanzar hasta un 50% de ahorro en la capacidad de las plataformas de almacenamiento de datos.
Otra alternativa es el reemplazo sin interrupciones de los controladores de almacenamiento a sistemas de próxima generación sin necesidad de migración de datos. Hacerlo permite a las organizaciones evitar proyectos de migración de datos que consumen mucho tiempo, y que requieren que los sistemas nuevos y antiguos se ejecuten en paralelo durante la fase de migración.
Estos procesos consumen una gran cantidad de energía, además de requerir refrigeración y espacio adicional, sin mencionar que pueden tardar meses en completarse.
En el caso de Hitachi Vantara, nuestro sistema operativo de virtualización de almacenamiento (SVOS), por ejemplo, puede ayudar a reducir las emisiones de CO2 con innovaciones como la tecnología de reducción de datos mejorada y optimizada; que permite a los clientes almacenar más datos de usuario en la capacidad física adquirida. En algunos casos, una reducción del 65% en el consumo de electricidad también reducirá las emisiones de CO2 en un 65%. Con la virtualización del almacenamiento podemos aplicar estas tecnologías a los sistemas de almacenamiento existentes con la misma tasa de reducción.
Impulsar iniciativas de descarbonización en el centro de datos implica directamente modernización de infraestructura, operaciones ágiles, y mejoras en los niveles de servicio al negocio. Es una estrategia ganar-ganar.
Finalmente, cuando el objetivo es disminuir las emisiones de dióxido de carbono, lo que por añadidura puede implicar ahorros para las organizaciones, avanzar en la implementación de tecnologías ecológicas modernas y eficientes, es esencial para conseguir que las TIC se transformen en una industria sostenible y amigable con el medio ambiente.
Por David Cerón, Director de Venta Técnica y CTO para América Latina de Hitachi Vantara