Mediante programas de monitoreo es posible para las empresas controlar el uso de sus recursos informáticos, teniendo así la posibilidad de cobrar a sus propios empleados por el uso no reglamentario del correo electrónico.
Los defensores del sistema de cobro o más bien dicho descuento por planilla aducen que no hay razón alguna para que el sector corporativo financie el uso de sus equipos y conexiones para actividades personales de sus empleados, escribe US News.
En tanto, los detractores de tal sistema lo critican señalando que es un hecho probado que el correo electrónico aumenta la productividad de los empleados, a la vez que señalan que cobrar por el uso de tal recurso equivale a cobrar por las llamadas telefónicas que un empleado haga, por ejemplo, a su hogar.