Según las autoridades, la normativa apunta a eliminar el acceso a las áreas nocivas de Internet, considerando caso por caso qué cibercafés son dignos de seguir en el negocio.
En tal sentido, situaron en los propietarios de los cibercafés las responsabilidad de supervisar el uso de sus computadoras y bloquear cualquier intento de sus clientes por acceder a sitios que atenten contra la seguridad interior del estado, escribe el periódico China News.
El país asiático dedica grandes recursos humanos, económicos y técnicos para vigilar el uso que sus ciudadanos hacen de Internet. Según China News. En febrero, agentes policiales allanaron un cibercafé de Shangai bajo cargos de representar una amenaza para los secretos estatales.