En numerosos países, y como parte de indagaciones judiciales, las autoridades exigen a los PSI la entrega de información relativa a las actividades de sus clientes en el ciberespacio o acceso a su correo electrónico. Normalmente, y como es lógico, tales escuchas digitales se ajustan a Derecho y se realizan únicamente al amparo de una ley o autorización de un juez.
En Rusia, sin embargo, las autoridades intentan sofocar económicamente al PSI Bayard-Slavia invocando una directiva secreta, incuestionable precisamente por ser secreta.
La directiva, conocida con el nombre de SORM2, faculta a la policía rusa de seguridad, FSB, a leer el correo electrónico de la población en aquellos casos en que existan sospechas fundadas de comisión de delitos. Sin embargo, la directiva también dispone que será obligación del propio PSI instalar el equipo de monitorización y una línea dedicada de alta velocidad a los cuarteles de FSB en Moscú.
Sin embargo, el PSI Bayard-Slavia se niega a aceptar tal directiva, aduciendo que los ciudadanos rusos tienen el mismo derecho a la privacidad que el resto del mundo y que toda escucha digital será aceptada únicamente al presentar FSB una orden judicial para cada caso particular, escribe Techweb.
FSB ha reaccionado ejerciendo diversas presiones contra Bayard-Slavia tales como bloqueo de señal satelital y visita inesperada de agentes tributarios en su inflexible afán por que el PSI cumpla con las disposiciones de SORM2. Ante ello, organizaciones rusas de derechos humanos han señalado que tales directivas son inconstitucionales, a la vez que ponen de relieve lo absurdo que resulta exigir el cumplimiento de una directiva cuyo texto es secreto.
Según Techweb, FSB logró recientemente bloquear la cuenta bancaria de Bayard-Slavia, con lo que podría ser una cuestión de tiempo antes que el PSI deba ceder y acatar, o sencillamente ir a la quiebra.
