Durante la campaña electoral, la opinión generalizada fue que Microsoft esperaba que Bush venciera en las elecciones, al suponer que la nueva jefatura política del DOJ optaría por retirarse de la causa si Microsoft ganase la apelación contra el fallo del juez Thomas Penfield Jackson que dispuso la fragmentación de la compañía.
Observadores también recuerdan que durante una audiencia ante el senado estadounidense, el próximo secretario (ministro) de Justicia de EEUU, John Ashcroft, hizo algunas preguntas a Bill Gates, para luego concluir que las autoridades no deberían entrometerse en la industria de la informática.
Otro elemento de interés es que David Boies, el abogado estrella contratado por el DOJ para llevar la causa antimonopolios contra Microsoft, se comprometió en grado tal a favor de Al Gore durante el conflicto electoral de Florida que resulta improbable que la administración Bush le renueve el contrato.
