En una conferencia sobre propiedad intelectual organizada por WIPO (World Intellectual Property Organization), el director de BSA, Robert Holleyman, recalcó la gravedad de la situación, a la vez que hizo un llamado a las autoridades de los países incorporados a WIPO, para mejorar sus legislaciones de forma de poder combatir eficazmente la piratería de software.
En tal sentido, Holleyman señaló que las sanciones económicas con que se castigue a infractores de la propiedad intelectual deberían ser suficientes como para indemnizar a la parte afectada y sentar un precedente que haga desistir a quienes ven la piratería de software como un lucrativo negocio con bajo nivel de riesgo. A juicio de Holleyman, tal actividad delictual no sólo perjudica a la industria del software, sino también a la economía mundial, resintiendo la creación de nuevos puestos de trabajo, la tributación y el surgimiento de nuevos programas de informática que pudieran ir en beneficio de la comunidad.
Según los últimos cálculos de la organización, las pérdidas globales por piratería de software ascienden a 11 mil millones de dólares anuales.