Según se indica, el objetivo primordial del programa es asistir a un juez humano a impartir justicia de manera expedita y metódica, basada en declaraciones de testigos, evidencia forense y otros elementos fundamentales en un proceso. Luego de procesar tales datos, el Juez Electrónico está en condiciones de multar, ordenar indemnizaciones e incluso recomendar sentencias de cárcel.
El programa está siendo probado en el estado brasileño de Espirito Santo como parte de un proyecto tendiente a aliviar la actual sobrecarga procesal que aqueja al sistema judicial brasileño.
Con todo, los responsables de la iniciativa indican que el peculiar método de justicia instantánea no aspira a sustituir la labor de los jueces, sino a facilitar y acelerar su trabajo. En tal sentido, se destaca además que el sistema informático sólo está en condiciones de procesar preguntas lógicas, carentes de todo elemento subjetivo, y que requieran sólo de un sí o un no como respuesta. Por ejemplo: ¿había el conductor bebido más alcohol que el máximo permitido por la ley?.
La última seguridad dada por los creadores del programa es que toda decisión hecha por el juez electrónico puede ser anulada por un juez real.