La decisión de la entidad se debe a una serie de quejas interpuestas contra Apple por organizaciones de consumidores, debido a que la compañía estaba desconociendo una promesa hecha a los compradores de sus computadoras entre los años 1992 y 1996, en el sentido de que el soporte técnico sería gratuito. Contrariamente a lo ofrecido, Apple comenzó en 1997 a cobrar por tales servicios, lo que causó ya sea indignación o resignación entre sus clientes.
Sin embargo, la FTC determinó que el incumplimiento del ofrecimiento implicaba que Apple incurría en promoción engañosa de sus productos, por lo que decidió fallar en su contra.
Ello implica que Apple deberá continuar ofreciendo soporte técnico gratuito a los clientes que corresponda, a la vez que deberá reembolsar los pagos por servicios que deberían haber sido libres de costo.