El Consejo de Bioética de Nuffield, Reino Unido, ha elaborado un informe donde indica que aunque la biotecnología puede ofrecer “beneficios marginales” en la reducción de los gases de efecto invernadero y en la lucha contra otros impactos ambientales de la ganadería, no supondrá una diferencia sustancial si no se producen cambios más amplios en los sistemas alimentarios y agrícolas, y probablemente una reducción de la demanda de carne y productos lácteos.
En la actualidad, la edición del genoma -que permite una ingeniería precisa de la composición genética de los organismos- sigue estando en fase de investigación para animales de ganadería como los pollos, los cerdos y el ganado vacuno.
En su informe, referido por Sociedad Vegana, el Consejo de Bioética de Nuffield enumeró posibles beneficios, como la reducción de enfermedades en las poblaciones de ganado, el marcado de los polluelos macho para que puedan ser eliminados como huevos en lugar de matarlos como polluelos, o la producción de ganado sin cuernos que no necesite ser “descornado” por razones de seguridad.
Sin embargo, la entidad planteó el problema de que la edición del genoma se utilice para reforzar prácticas agrícolas poco éticas que empeoran el bienestar de los animales, como la cría en jaulas, o para diseñar animales sin la capacidad básica de vivir bien. Sugirió un sistema de “semáforo” para evaluar el impacto de los programas de cría, y la categoría roja -que abarca el desarrollo de rasgos que dificultan una buena vida, como los pollos de engorde de crecimiento rápido- no debería utilizarse en la cría comercial. También advirtieron de los posibles resultados negativos de la cría de “rasgos productivos”, como el crecimiento más rápido, el mayor peso final de los animales, el tamaño de las camadas o la eficiencia en la producción de leche.
El trabajo constituye un seguimiento de otro informe de la entidad, elaborado en 2016, titulado “Genome editing: an ethical review“. Según la entidad, el sistema alimentario y agrícola se enfrenta a una serie de retos: para el medio ambiente, para la salud y el bienestar de los animales, para la salud humana y para satisfacer la demanda de aumentar el consumo de carne en todo el mundo. “Tenemos que cambiar la forma en que producimos y consumimos los alimentos para poder proporcionar un suministro de alimentos seguro, sostenible, ético y nutritivo para la creciente población mundial”, indica el organismo especializado en bioética.
La edición del genoma es la alteración precisa y dirigida de una secuencia de ADN en una célula viva. En la cría de animales de granja, podría utilizarse para producir animales con rasgos específicos que podrían ser difíciles de conseguir con los métodos convencionales de cría selectiva. Las nuevas tecnologías de cría, como la edición del genoma, podrían ayudar a resolver algunos de los retos a los que se enfrentan nuestros sistemas alimentarios y agrícolas. Por ejemplo, podrían utilizarse para crear animales resistentes a determinados virus, lo que salvaría a muchos animales de los efectos de las enfermedades y aportaría beneficios económicos al sector agrícola. Sin embargo, también podría utilizarse para acelerar algunas prácticas de cría poco éticas, por ejemplo, utilizando una reducción del riesgo de enfermedad como razón para prestar menos atención al bienestar de los animales y a sus necesidades de condiciones y cuidados adecuados.
Según la entidad, la introducción de nuevas tecnologías en la alimentación y la agricultura debe estar en consonancia con los intereses públicos y de los animales, por lo que recomienda un diálogo que permita tener una visión general de un sistema alimentario y agrícola que apoye, promueva y recompense la agricultura sostenible con altos estándares de bienestar animal.
En el informe, el organismo de bioética de Nuffield propone cinco principios para guiar el desarrollo de los sistemas alimentarios y ganaderos y la introducción de nuevas tecnologías de cría de animales de granja. “Hacemos una serie de recomendaciones al Gobierno del Reino Unido, a los criadores de animales, a los principales minoristas de alimentos, a los financiadores de la investigación y a otros implicados en la configuración de las industrias alimentaria y agrícola, tanto en el Reino Unido como a nivel internacional”.
El informe está disponible en una versión ejecutiva de dos páginas y en versión completa de 250 páginas (enlaces directos, no requiere registro).
En su artículo, Sociedad Vegana cita al profesor John Dupre, presidente del grupo de trabajo del Consejo de Bioética de Nuffield y profesor de filosofía de la Universidad de Exeter: “El potencial de la edición del genoma ofrece un nuevo enfoque para introducir cambios genéticos en los animales de granja mucho más rápidamente de lo que actualmente es posible mediante la cría selectiva. Aunque algunas aplicaciones de la edición del genoma -como la resistencia a las enfermedades- suenan muy bien para los animales en teoría, si llevaran a una mayor intensificación de la cría, eso podría ser perjudicial para la calidad de vida de los animales de otras maneras. Bajo ninguna circunstancia deben introducirse nuevas tecnologías de cría para perpetuar sistemas alimentarios y agrícolas insostenibles”, dijo. Añadió que ahora es el momento de actuar para evitarlo.
Danielle Hamm, directora del Consejo de Bioética de Nuffield, dijo: “Puede que no pase mucho tiempo antes de que la carne editada genéticamente acabe en los supermercados y en los platos de la gente […] antes de que se haga cualquier cambio normativo, el Gobierno debería dar prioridad a hablar con el público para ayudar a desarrollar un plan claro para el uso ético de esta tecnología”.