No sólo Apple ha enfrentado acusaciones de esclavitud e indiferencia ante el sufrimiento humano debido a las políticas de su contratista chino Foxconn. En esta oportunidad, la organización China Labour Watch (CLW) ha dirigido graves acusaciones contra el gigante coreano Samsung.
Según se indica, en alguna de las fábricas de Samsung en China se ha revelado un uso sistemático de trabajo infantil. La información fue revelada por el semanario alemán Der Spiegel, que cita un informe de CLW publicado esta semana.
En el informe se denuncian situaciones de entorno laboral nocivo, jornadas laborales extenuantes por períodos prolongados y contratos de trabajo ilegales. Según CLW, varias de las fábricas tienen contratos con escuelas que envían a sus alumnos para trabajar directamente en la producción de productos electrónicos, bajo el pretexto de hacerlo como labores de capacitación y entrenamiento. El trabajo realizado por los alumnos genera pagos de Samsung, que va directamente a los bolsillos de los profesores y directivos de las escuelas. En algunas fábricas incluso trabajarían niños menores de 16 años.
Anteriormente, CWL ha criticado las condiciones de trabajo en el contratista de Samsung, HEG Electronics, donde los trabajadores cumplen jornadas de 13 horas diarias, e incluso son sometidos a castigos físicos, como por ejemplo estar de pie durante todo el día, en caso de no haber cumplido el reglamento interno de la empresa.
En un informe publicado en julio, la organización critica además otros gigantes electrónicos, incluyendo Foxconn, que tiene una larga trayectoria en violaciones de derechos laborales. Haciendo referencia al reciente juicio que ha enfrentado a Samsung y Apple en Estados Unidos, Corea y Japón, CWL titula irónicamente su informe ¿Ha violado Samsung la patente que tiene Apple de tiranizar a sus empleados?.
En un comentario dirigido a Der Spiegel, la empresa sudcoreana asegura que investigará la situación y que realizará inspecciones de las fábricas.
Fallecimientos entre los empleados
Este año, Samsung también ha estado en la mira de la organización Public Eye (Ojo o escrutinio público) que cada año publica sus premios Public Eye Awards. La versión de 2012 del evento se realizó en la ciudad suiza de Davos. Cada año, la organización Greenpeace otorga sus premios a las peores organizaciones del mundo.
Este año, los usuarios de Internet votaron por sus favoritos obteniendo la empresa Vale el mayor puntaje con 25,041 votos. Vale está dedicada a la construcción de una gigantesca represa en el Amazonas. Al menor 40.000 habitantes locales serán desplazados a la fuerza el fin de dejar espacio para la represa. En segundo lugar se ubica la empresa Tepco, encargada de las operaciones de reactor nuclear en Fukushima, Japón.
En el tercer lugar se ubica Samsung, con 19.041 votos. Según el organizador Public Eye, Samsung sería responsable de, al menos, 50 fallecimientos entre sus empleados jóvenes. A pesar de claras evidencias, Samsung ha eludido toda responsabilidad, intentando incluso desacreditar a los fallecidos y enfermos. En el informe se indica que al menos 140 empleados habían recibido el diagnóstico de cáncer.
Samsung tiene una trayectoria de 50 años, marcados por la contaminación ambiental, la represión de sindicatos, sobornos y evasión tributaria. El poder que Samsung tiene en Corea del Sur es tan grande, que muchos de sus habitantes incluso hablan de la tierra de Samsung, escribe Public Eye en su informe.
En una de las fábricas hubo, en un solo año, 46 emisiones de gases tóxicos, sin que siquiera se haya advertido a los trabajadores. En 2004, Samsung aseguró haber dejado de utilizar PVC y un químico retardante de llamas, altamente tóxico. Según quedaría comprobado, la información resultó ser totalmente falsa. Asimismo, en algunas fábricas de Samsung se ha detectado la presencia del igualmente tóxico benzol, que también propicia el cáncer, a pesar que Samsung asegura no utilizarlo.
Las críticas afectan a Samsung en grado mayor que Apple, debido a que los fallecimientos se han producido entre sus propios empleados. Apple siempre podrá cubrir sus espaldas jurídicamente, aunque no moralmente, al aducir que los empleados de Foxconn afectados por abusos y olas de suicidios no son, en realidad, sus propios empleados.
