Sin embargo la innovación no solamente sucede por si sola. En primer lugar, los directores generales deben crear una cultura de creatividad y colaboración.
En el artículo de Forbes.com bajo el título de What You Don’t Know About Building A Connection Culture is Hurting Your Business, el autor Mike Stallard explica como una “cultura de conexión” puede “transformar aún las oficinas u organizaciones más disfuncionales en espacios de trabajo innovadores y prósperos.”
La conexión entre la cultura y la innovación
Una cultura de conexión es aquella en donde los empleados comparten un vínculo basado en “la identidad, empatía y comprensión”. Como seres humanos tenemos un deseo natural de conectarnos los unos con los otros. Cuando lo hacemos, el resultado beneficia a todos los que están involucrados. De acuerdo con Stallard, “Cuando se cumple nuestra necesidad de conectarnos somos más creativos, tomamos mejores decisiones y somos más resistentes.” En otras palabras, la cultura de conexión es un requisito para la innovación.
La conexión sucede cuando los empleados hablan entre sí de forma natural sin importar donde se encuentren. Se pueden comunicar desde cualquier sitio y la experiencia se siente igual que cuando la reunión es en persona – sin importar si la reunión se lleva a cabo entre dos personas o entre un grupo grande. Y en el momento que sucede la conexión, la innovación nace.
Stallard explica lo siguiente: “Cuando las personas sienten esa conexión con un grupo, es mucho más probable que hagan sus mejores esfuerzos, que alineen su comportamiento con el de la organización y con las metas del líder, que se comuniquen de forma más completa para que los que toman las decisiones tengan la información que requieren y así poder tomar las mejores decisiones y poder participar para ayudar a la organización a innovar y mejorar.”
Los retos del desarrollo de una cultura de conexión
Desgraciadamente el entorno corporativo actual no nos conduce hacia la conexión. Gracias a la proliferación del internet de alta velocidad, ya no es necesario que los empleados trabajen desde un punto central. Debido a las políticas de los departamentos de compras, oficinas de ventas y la facilidad para desempeñar el trabajo desde la casa, se han creado equipos que se encuentran distribuidos a través de grandes áreas geográficas.
De forma similar, muchas compañías reconocen el valor de contratar a empleados remotos. Cuando las compañías amplían su búsqueda de aspirantes calificados más allá del área cercana, el grupo de candidatos calificados crece de forma exponencial. Sin embargo, puede ser muy difícil para los empleados remotos poder relacionarse con otros empleados, especialmente cuando las comunicaciones están limitadas a los momentos durante las reuniones formales.
Mientras tanto, a menudo los gerentes y ejecutivos se encuentran fuera de la oficina, viajando a los sitios de los clientes y socios y asistiendo a eventos de la industria. Entre todas estas idas y venidas, el incremento en la carga de trabajo y el impulso para equilibrar el trabajo con la vida diaria, significa que el poder desarrollar una cultura de conexión pueda ser todo un reto.
Es probable que algunos equipos únicamente se vean en persona una o dos veces al año y esto le cuesta bastante caro a la compañía. Las tecnologías como el correo electrónico y los mensajes instantáneos permiten que los empleados se comuniquen en tiempo real diariamente, pero esto le resta el elemento personal que se requiere para desarrollar una cultura de conexión.
Utilicen herramientas de colaboración para superar los retos y desarrollar la cultura de conexión
Cuando se usa de forma estratégica, la solución tecnológica puede ayudar a los directores generales a crear una cultura de conexión. Si consideramos que el 55% del impacto de la comunicación viene de las expresiones faciales y del lenguaje corporal, las herramientas de la comunicación deben ser la piedra angular de la cultura de la conexión. Una solución que se parece más a las interacciones entre persona es un video HD de grado empresarial el cual le permite a los colegas a centrarse más en el mensaje que en la tecnología.
La clave es hacer que el video se convierta en una parte normal del trabajo de todos. Esto significa la integración de la herramienta en el flujo de trabajo que ya existe. Por ejemplo, mediante la integración de la tecnología del video dentro de la programación de reuniones y la mensajería instantánea. En caso de que los empleados ya se sientan cómodos al realizar conversaciones espontáneas mediante Lync o Skype for Business, por ejemplo, la integración de la capacidad para “mejorar” la conversación a un diálogo por video de persona a persona ayuda a superar la distancia para que los empleados se puedan conectar a nivel personal.
Además de integrar el video en los flujos de trabajo existentes, la solución en si debe ser fácil de usar. Inviertan en tecnología que le brinde al usuario una experiencia intuitiva y sencilla. Sugieran que los ejecutivos y la gerencia sirvan de ejemplo al realizar llamadas espontáneas para darles los buenos días a los empleados, realizar una lluvia de ideas o darles retroalimentación. Cuando los directores generales usan el video están mandando un mensaje indicando que la cultura de conexión es una prioridad.
Independientemente de la tecnología, a final de cuentas la conexión se trata de la gente, por lo tanto las habilidades de conexión deben ser una prioridad para toda persona nueva que se contrate. Esto es especialmente importante cuando se están considerando a los empleados remotos o a aquellos cuyo trabajo incluye viajes frecuentes. Cuando se realiza una entrevista por medio de un video puede ayudar a los gerentes a detectar las habilidades de conectividad de un solicitante. ¿La persona hace contacto visual? ¿La persona es amable o distante? ¿La persona presta atención a la conversación o está distraída? ¿La persona se siente a gusto cuando se tiene que presentar ante una cámara?
Finalmente, las compañías pueden ayudar a los empleados a desarrollar sus habilidades de conexión mediante la capacitación. Desarrollen una capacitación que esté basada en los roles para que los empleados puedan aprender las habilidades de conexión que se relacionan con su trabajo. Por ejemplo, los gerentes deben aprender a dar retroalimentación constructiva mediante las comunicaciones tanto escritas como verbales. Todos deben aprender a comunicarse de forma efectiva por medio de las herramientas específicas de colaboración que ustedes implementan para que ellos se sientan a gusto al utilizarlas en diferentes escenarios. Recuerden que la comunicación debe ser natural para que la cultura de conexión prospere.
Los directores generales no pueden forzar la innovación, pero sí pueden crear un entorno que promueva la misma. Ese entorno es una cultura de conexión impulsada por la colaboración por video, y se puede establecer en cualquier compañía gracias a las herramientas modernas de productividad.
Por Sara Adams, Senior Manager Enterprise Field Marketing – East de Polycom.