El ingenio electrónico consiste básicamente de un juego, que implica un ciclo de vida de aproximadamente un mes de duración para una exigente mascota digital cuyas necesidades de alimentación, abrigo y protección deben ser atendidas en todo momento por su amo. En caso de descuidar al Tamagotchi, éste padece una muerte virtual.
La dos últimas novedades lanzadas al mercado consisten en que el animal no sólo muere, sino regresa en forma de ángel, y que además ahora es posible distinguir entre machos y hembras (!).
La popularidad del juguete queda de manifiesto con el hecho que sólo en Japón se vendieron durante julio más de 10 millones de ejemplares.
En Noruega, las autoridades educacionales consideran prohibir totalmente el uso de los Tamagotchi, durante las horas de clases, debido a los molestos ruidos que estos hacen cuando requieren la atención de sus dueños. Japón ya adoptó una medida similar.
Por su parte, un representante de la Federación Noruega de Profesores, declaró al periódico Arbeiderbladet, que los Tamagotchi constituyen un problema mucho mayor que anteriores plagas que han asolado las escuelas, tales como los yo-yos y los cubos de Rubick.