El hacker, de 27 años de edad, ahora sólo espera el cúmplase de la sentencia que acabará con su vida. Los hechos se originaron cuando ambos reos lograron vulnerar los sistemas de seguridad informática del Banco Central de China, luego de lo cual procedieron a transferir 100.000 dólares desde cuentas del banco hasta la cuenta personal de uno de ellos, informa Asia Watch.
China se caracteriza por la dureza con que castiga a sus delincuentes. De hecho, Amnistía Internacional ha denunciado la ligereza con que muchos delincuentes son condenados a la pena capital en ese país. A pesar de que las actividades de los piratas informáticos causan graves daños a los sectores privado y público de todo el mundo, para los estándares jurídicos y morales de la mayor parte de los países resulta, sin duda alguna, un castigo extremo castigarles quitándoles la vida.