En otras palabras, el Ejecutivo estadounidense prefiere que el desenlace del juicio antimonopolios sea resultado de la aplicación de las leyes vigentes y no de un entendimiento basado en negociaciones.
Tal posición fue confirmada a la agencia Reuters por Joel Klein, jefe del grupo de abogados que representa a la parte querellante.
En este contexto, cabe recordar que el juez Thomas Penfield Jackson aún no ha llegado a la conclusión de que las prácticas corporativas de Microsoft infrinjan la legislación estadounidense, habiéndose limitado hasta ahora a pronunciarse sobre lo que, a su entender, son los hechos y evidencias propiamente tales.
A pesar de lo anterior, la mayoría de los observadores coincide en señalar que lo más probable es que el juez arribe a un fallo condenatorio de Microsoft Corporation.