John Hamre, uno de los subsecretarios del Departamento (Ministerio) de Defensa, expresó su desacuerdo con una propuesta de ley, que abriría la posibilidad de exportar libremente a terceros países las tecnologías de encriptación desarrolladas en Estados Unidos. Al respecto, señaló que la ley sería un error fatal, con graves consecuencias para nuestra seguridad nacional.
Los opositores al proyecto de ley, en su mayoría miembros de los servicios de seguridad y las Fuerzas Armadas, temen que los programas de encriptación de alto nivel podrían ser usadas a gran escala por terroristas y por el crimen organizado.
El contrapeso ante tal posición está representado por el sector corporativo, en especial aquellos que realizan negocios en Internet. En su opinión, el comercio electrónico experimentará un decidido salto hacia adelante cuando la encriptación inviolable esté al alcance de todos.