El vídeo en cuestión fue presentado al tribunal por el vicepresidente senior y responsable técnico de Windows, James Allchin, quien de esa manera se proponía demostrar el mal funcionamiento que afectaba al sistema operativo al extraérsele Internet Explorer según el procedimiento descrito por el catedrático de la Universidad de Princeton, Edward Felten, quien prestó testimonio en diciembre pasado a petición del Departamento de Justicia.
En el vídeo presentado por Allchin de dos horas de duración se mostraban imágenes en que supuestamente quedaba demostrado que no es posible eliminar la aplicación Internet Explorer sin afectar negativamente el funcionamiento de Windows. En un momento de la presentación, el fiscal David Boies pidió a Allchin congelar la imagen con el fin de estudiarla detenidamente. Para gran sorpresa del tribunal, en el extremo superior derecho de la imagen podía verse que una pequeña línea marcada Windows 98 repentinamente se transformaba en Internet Explorer.
Confrontado con tal situación, Allchin debió admitir que la versión depurada por Felten de Windows 98 debería mostrar el texto Windows 98 en el mismo lugar en que el vídeo de Microsoft mostraba Internet Explorer. Con ello, era un hecho que Allchin estaba presentando evidencia simulada. Por toda explicación, Allchin aseguró que los técnicos de su oficina le habían entregado una cinta equivocada.
El fiscal Boies aceptó las explicaciones, no sin antes recalcar la gravedad que implica presentar testimonios falsos en una corte de justicia.
El juicio antimonopolios contra Microsoft se encuentra entonces en su cuarto mes. Los testimonios de los primeros tres declarantes presentados por Microsoft de un total de doce han sido, por decir lo menos, contraproducentes.