De muchas formas, la disquetera virtual funciona como una disquetera real. Mediante un sencillo interfaz, el usuario puede visualizar los contenidos del disquete, siendo posible administrar tales archivos con gran facilidad. El espacio ofrecido es de 3 Mb y el acceso a los contenidos está restringido mediante el uso de contraseñas y nombres de usuario.
El inconveniente evidente es la necesidad de estar conectado a Internet para poder hacer uso del sistema, que tampoco está reservado exclusivamente a usuarios de iMac.
La idea no es nueva pero pudiera ser de interés para quienes deseen disponer de un espacio para almacenar archivos privados fuera del alcance de terceros, teniendo además la posibilidad de acceder a ellos desde cualquier lugar del mundo mediante un lector web.
El servicio es financiado mediante anuncios publicitarios y es totalmente gratuito para los usuarios.