En una conferencia ante el instituto estadounidense de investigaciones Brookings, Ballmer explicó que el acuerdo impone nuevas obligaciones, reglas y responsabilidades a Microsoft. El alto ejecutivo elogió el acuerdo, que calificó de la forma más justa y mejor de solucionar el litigio.
Según varias publicaciones estadounidenses, Ballmer incluso llegó a calificar el acuerdo extrajudicial como el hito que marca la división entre la antigua Microsoft y la nueva Microsoft. En tal sentido, recordó que la compañía había tomado nota del poco apoyo general que recibió cuando las autoridades presentaron una querella en su contra por violación de la ley antimonopolios estadounidense.
De igual modo, definió la futura relación entre Microsoft y sus competidores y asociados como un fomento de la cooperación en la industria, de formas innovadoras y diferentes. El objetivo es, según Ballmer, consolidar una nueva era de cooperación, que mejorará la tecnología y hará más fácil su uso.
A la luz de la nueva filosofía de Microsoft, Ballmer anunció que la compañía aumentará en 15% su presupuesto de desarrollo e investigaciones, que de esa forma quedará en 5 mil millones de dólares.