Según señalamos, la información fue referida inicialmente por el periódico chino Yanghcheng Evening News y reproducida por CNN, desde donde fue captada por numerosos medios internacionales.
En su desmentido, el gobierno de Beijing indicó que se ha visto en la necesidad de hacer anuncios especiales para corregir las información difundida en el sentido de que el Estado chino no usaría Windows 2000 y que en lugar de ello apostaría por una versión local de Linux.
Según la agencia Reuters, el gobierno chino difundió vía web un comunicado en que se indica que un boicot contra Microsoft y su producto Windows ni siquiera ha sido considerado a nivel oficial.
Por su parte, el director regional de Microsoft para China, Michael Rawding, declaró a la agencia que había recibido información de las autoridades de ese país, en que desmentían el supuesto boicot. Fue un rumor sin asidero alguno en la realidad, señaló el ejecutivo, recordando que el lanzamiento de Windows 2000 en China sería realizado en marzo próximo, según lo planeado.
En un análisis de la situación, la publicación inglesa The Register escribe que China tiene intenciones reales de controlar su destino tecnológico y continuará desarrollando software y hardware nativo. Su rígido sistema gubernamental implica que puede, si lo considera apropiado, imponer sus propios estándares a los usuarios. No lo haría bajo circunstancias que pudieran resultar en un freno para su industria. Sin embargo, lo hará gradualmente y es algo que no sólo se aplica al software de Microsoft, sino a todos los productos de las compañías informáticas occidentales que intentan venderle algo a China.
En su comentario, The Register escribe luego la información relativa a Windows 2000 podría ser evidencia genuina de disputas entre diferentes agencias y departamentos chinos, como también podría ser información, en clave o no, dirigida a los exportadores occidentales, que tiene el efecto de aumentar su generosidad mientras piensan en el mayor mercado del mundo, reduciendo sus márgenes de ganancia.