Jefe, lamentablemente estoy contagiada por un virus informático y deberé permanecer en casa hoy. Aunque absurda, una frase así no dista mucho de reflejar una realidad que afecta a muchas personas. Todo el tráfico de correo electrónico creado por el gusano Sobig.F hace que los usuarios se sientan alterados y desconcentrados.
Cuando los sistemas informáticos no funcionan surge el estrés. Las personas son interrumpidas en su trabajo y no logran realizar sus tareas. El gusano roba tiempo, concentración, causa molestias y estropea el humor, comentó Margaretha Vollrath, catedrática de sicología de la Universidad de Oslo, Noruega, a la publicación Netavisen.
A su vez, el estrés deriva en problemas para dormir, molestias psíquicas, ansiedad y depresión, explicó la especialista, a cuyo juicio es importante que las gerencias tengan en cuenta lo anterior, y entiendan que los empleados no pueden rendir al máximo cuando deben enfrentar el caos causado por Sobig.F en sus buzones de correo electrónico.
Cada vez que llega un e-mail interrumpimos lo que estamos haciendo, para leerlo y eventualmente responder, comentó Vollrath, agregando que Quizás deberíamos destinar una media hora al día para leer el correo electrónico y luego desconectarnos por el resto de la jornada laboral.
A entender de la especialista, el empleado de hoy en día está demasiado predispuesto a estar disponible. El correo electrónico, los teléfonos móviles, la mensajería instantánea, el telefax y las incesantes llamadas telefónicas resultan en un constante estrés que el empleado debe soportar.
Y cuando se producen ataques como el de Sobig.F, claro, ya es demasiado, concluye la catedrática Margaretha Vollrath.