El sujeto, nacional de Nueva Zelanda, fue objeto de una campaña masiva de odio luego de aparecer en una entrevista donde dijo que quienes no deseen recibir spam simplemente deben abstenterse de usar Internet.
Como parte de la campaña, desconocidos difundieron en Internet el domicilio de Atkinson, su número telefónico particular y dirección de correo electrónico.
El resultado, según la publicación The New Zealand Herald, fue que Atkinson comenzó a temer por su seguridad personal y la de su familia. El propio sujeto dice haber prohibido a su hijo de cinco años de edad tomar el teléfono debido a las llamadas obscenas e insultantes que comenzó a recibir. Además, su nombre y datos de contacto fueron registrados en un sitio web para homosexuales.
Ante ello, Atkinson declaró aunque quizás sólo con el fin de detener la campaña que a partir de ahora limitará su actividad empresarial exclusivamente a sus sitios web y a los motores de búsqueda. Asimismo, precisó que su intención nunca ha sido infringir las leyes, recordando de paso que en Nueva Zelanda la distribución de spam continúa siendo legal.